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Los años tenebrosos de la televisión colombiana: Cenpro [2000]

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El año 2000 llegó a la televisión colombiana mostrando una realidad macabra, que marcaría el destino de la misma: la crisis económica del año anterior, cuyas causas ya conocimos, hizo que el déficit colectivo de las programadoras de los canales públicos alcanzara los 100 billones de pesos colombianos. Esto hizo que importantes programadoras salieran definitivamente del aire y regresaran sus espacios a la hoy extinta CNTV: Tevecine (que terminó de producir Tabú casi con las uñas, alimentada de su venta al canal RCN, que ya comentamos), DFL Televisión (que se volvió productora del recién estrenado magazin Día a día), PUNCH, JES y Cenpro.

De especial interés fue la salida de Cenpro, pues, a la par que hacía su próxima novela de las diez, Amor-discos, producía Se armó la gorda y presentaba El siguiente programa. El fracaso rotundo de la primera y la segunda la llevaron al abismo que se llevó por delante la que era una prometedora temporada de críticas de la tercera producción. Lo cierto es que nadie se creía esa rocambolesca historia donde Kike Vivaldi hacía de galán (de vereda, claro está) de una siempre gris Claudia García, ambientada en una casa disquera. Y en la otra, se empezaron a ver los hábitos salinos de Diego Cadavid, en una novela que trató de ser la respuesta de Caracol al éxito de Yo soy Betty la fea, pero naufragó en el intento; siendo una de las últimas producciones donde Hernando ‘El Culebro’ Casanova actuaría antes de fallecer. Paz en su tumba.

A raíz de esta desbandada, Audiovisuales, la programadora estatal, vio un fuerte e inesperado aumento en su cuota de pantalla, de solo 5,5 horas al inicio de 1998 a la friolera de 41 horas a la semana después de la partida de Punch. Con la salida de estas programadoras desaparecieron para siempre programas como Panorama y otros sobre los cuales era mejor correr tupido velo como Vuelo secreto. Los Sánchez se dedicarían al negocio de la producción de formatos para RCN como Real TV, y legarían, por algunos años en el mismo canal, la transmisión del Miss Universo y los premios Oscar, que se volverían un tira y afloje entre los de La Floresta y los de Las Américas, hasta la posterior victoria de Caracol sobre RCN respecto del certamen de belleza y del mismo modo en el sentido contrario con los de las tres letras en la premiación de cine.

Los noticieros de los canales públicos también sufrieron los embates de la crisis: el tradicional Noticiero 24 Horas resistió hasta el 11 de febrero de 2000, y lo propio haría el también clásico Noticiero Nacional, el día 25 del mismo mes. Por su parte, el siempre anodino Noticiero de la Noche desaparecería a mediados del año 2000. Paralelamente, en RCN hacían ya carrera Catalina Aristizabal y Andrea Serna como las nuevas caras del entretenimiento, siendo la primera la que mas destacaba. De hecho, de 2000 podría decirse que fue el gran año de Aristizabal en los medios (lo cual, no necesariamente es un halago). Y en el reinado de belleza de aquel año, dos figuras saldría en el podio real y luego incursionarían, con dispar éxito, en la televisión colombiana: me refiero a la reina ganadora Andrea Nocetti y a la entonces virreina María Rocío Rochy Stevenson, representantes de Cartagena, Distrito Turístico y Bolívar, respectivamente. Fue ese el año de la respuesta de la señorita Cauca, sobre su admiración a Lady Di, que “afortunadamente -sic- ya falleció”.

En materia de dramatizados, en RCN apostaron por diversos formatos, desde la comedia inteligente con Brujeres y el drama con apoyos institucionales como Alicia en el país de las mercancías ( ¿la recuerdan?, la novela que contó con el respaldo de la DIAN de la tristemente célebre Fanny Kertzman y sus perros dóberman). Pero ambas contaron con un punto en contra: las programaron el sábado, enfrentadas a la desgastada pero aun exitosa fórmula de Sábados felices, demostrando el inmerecido poco aprecio que les tuvo el Canal, pues en lo personal, me parecían mejores propuestas que muchas del prime time del canal de las tres letras, que se podía sintetizar en la fórmula del Nofralosobeno, del cual hacían parte una aburrida y sobreactuada A donde va Soledad y el también inmerecido trasteo a las grandes ligas de Francisco el matemático. Todo esto era una forma de no restarle protagonismo a Yo soy Betty la fea, que continuó siendo el programa líder de la franja, el sitio donde casi todas las personalidades locales y nacionales querían hacer un cameo. Esta franja sería reformada y reforzada con el debut de Pobre Pablo, novela sobre la cual prefiero abstenerme de opinar (y eso tampoco es un halago).

Por los lados de Caracol, la cosa no es que mejorara mucho. Salieron a la luz formatos de relativo éxito como Tribuna caliente, encargado de analizar el finalmente fallido camino de la ya Decepción Colombia camino a Corea-Japón 2002 y Justicia para todos, que para mí fue el certificado de defunción de una hasta entonces admirable Judith Sarmiento en televisión, pues este formato de casos siempre corre el riesgo de caer en el amarillismo y la caricatura barata, como en efecto ocurrió.

En las propuestas telenovelescas, los de Caracol vivieron siempre a la sombra de sus rivales de patio, y no era para menor: reencaucharon Rauzán, y fue un tremendo fracaso, aun al medio día. Retransmitieron Yo amo a Paquita Gallego, cuando apenas media Colombia se recuperaba de haberla visto terminar el año inmediatamente anterior. Le dieron libretos retorcidos a Padres e hijos, como aquel asunto del secuestro de Daniela Franco nada mas empezando el año, o el parto de María Franco, la nueva integrante de la familia que “curiosamente” nació en un pesebre un 24 de diciembre (ufff, qué idea taaaaaan original…).

También refritaron El gallo de oro, esta vez llamado La caponera, novela que era una vulgar masacre para nuestro tímpanos y retinas, dados los alaridos de Margarita Rosa de Francisco y el vestuario tan ordinario que le ponían… ¿se lo pidieron prestado a Marbelle? Juliana qué mala eres cumplía cabalmente su título: Era maísima. Traga maluca salió a finales de ese año y era de pena ajena. Ya del desastre que fue Se armó la gorda mejor ni hablamos, porque solo salvaba la patria La baby sister y ya eso era mucho decir.

Y en medio de tantos desastres, y siendo la primera vez que un formato internacional entra en nuestra selección de rescatadas, el honor de ese año se lo lleva ¿Quien quiere ser millonario?, programa que, en sus diversas temporadas, conducido por Paulo Laserna, demostró ser una opción inteligente en la de por si malísima programación del fin de semana.Antes de despedirme, aprovecho para agradecer el apoyo que han tenido estos posts, e invitarlos a que en los comentarios o por vía del e-mail institucional, nuestros lectores también participen de la elección de los rescatados de los próximos posts. Ya varias ideas hay entre el tintero para varios de los 12 posts que nos restan para entender porqué nuestra televisión es tan mala. Dios mío, en tus manos colocamos la bazofia que ya pasó, y los bodrios que llegan.

Publicación original de lafiscalia.com en Los años tenebrosos de la televisión colombiana: Cenpro [2000]


Los años tenebrosos de la televisión colombiana: El inútil y Pedro, el escamoso [2001]

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El verdadero comienzo del siglo XXI llegó a nuestras pantallas, pero no necesariamente ello representaba buenas noticias. De hecho, en los canales públicos seguían cayendo programas históricos como el Noticiero TV Hoy a finales del mismo año.

 

Entre los canales privados, la opción era clarísima para Caracol: Derrotar el dilatado liderato que tenían los del canal de las tres letras con Yo soy Betty la fea. De hecho, el 2000 había cerrado con el comienzo de la transformación de Betty de fea a bella, teniendo como asignatura pendiente en el 2001 el resolver si se quedaba con Michel (representado por Patrick Delmas) o recuperaba su relación con Armando (eterno papel de Jorge Enrique Abello). ¿Cómo lo lograron en los lados de La Floresta?

A punta de una telenovela ramplona, populachera y guisa: Pedro el escamoso. Si, duele decirlo, pero Caracol apostó por la ñerada y obtuvo buen resultado, tanto, que Nidia Pacheco, personaje mañé derivado de este remedo de telenovela e interpretado por Alina Lozano, que vino a algunos eventos del reinado de Belleza (que ganaría una entonces desconocida pero despampanante Vanessa Alexandra Mendoza) y opacó a las mismas candidatas. Y ni hablemos de las pintas guisas del personaje de Miguel Varoni o el baile del Pirulino… siniestros episodios que nos dejaban de tú a tú con cierta televisión desde donde una “señorita” regalaba carritos sanducheros…

En las restantes propuestas televisivas, el auge del automovilismo por la reciente contratación del petardísimo Juan Pablo Montoya en la F1 también se reflejó en la salida al aire de una novela tan absurda como insustancial: Amor a mil. Y es que, seamos sinceros, Patricia Vásquez es tan expresiva como una lavadora. Pero 2001 fue el comienzo de otra alianza macabra: RTI empieza a ser productora asociada de Tele(in)mundo y nos trajo la absurda Amantes del desierto de la mano de las sobreactuaciones de Maritza Rodríguez, Francisco Gattorno y Catherine Siachoque en su encasillado papel de villana. Ni hablemos de la oscura Luzbel está de visita, que, como me comentaría un apreciado colega blogger, es el final de la saga de historias oscuras, retorcidas y truculentas de Julio Jiménez, que se volvía a centrar en los secretos y conflictos de una familia más que disfuncional, abordando temas como la magia negra y el homosexualismo, que aun eran tabúes en pleno Siglo XXI.

Curiosamente, Walter Díaz, el actor afrodescendiente que protagonizaba tan truculenta trama, pasó casi desapercibido en el canal rival, como parte del reparto de la telenovela que tuvo la difícil tarea de asumir la franja prime time de RCN tras el final de Betty: Isabel me la veló, una de las últimas apariciones televisivas de Pacheco, en una novela tan pobremente protagonizada por Verónica Orozco, quien no pudo emular el éxito de su hermana Ana María; y con Lully Bossa como antagonista un año antes de que se diera a conocer su famoso video caliente.

En las restantes propuestas dramáticas de RCN, vimos una aburridísima Juan joyita quiere ser Caballero, que fue el debut actoral de Catalina Londoño como protagonista, pero no despertaba sino bostezos. La intrincada historia de un nieto perdido de la poderosa familia Caballero no logró capturar al público, terminando relegada al horario vespertino, al lado de las ene mil telebobelas de Televisa que ya plagaban la parrilla vespertina de RCN. Ello forzó a la salida anticipada de El inútil, curiosa novela que obtuvo ratings decentes y críticas favorables, más que todo dirigidas al personaje de Mirando Zapata representado por Víctor Mallarino (y que luego casi que repetiría, 10 años más tarde, en La teacher de inglés, pero con escaso éxito).

2001 fue también el año de algunas propuestas nuevas en materia televisiva: Caracol apostó por un programa de opinión en la franja late con Lechuza, con la reina de la televisión a los alaridos, D´Arcy Quinn. Un formato que hoy te podía hablar de la reforma penal y mañana pasaba al tablero al más reciente eliminado de Expedición Robinson, que fue el primer reality show que tuvimos en nuestras pantallas. Era interesante ver cómo 16 colombianos afrontaban la dura convivencia en las playas panameñas, divididos en las tribus Ukup y Atcha, con los primeros liderando ampliamente sobre los segundos, pero siendo el primer ganador un latonero proveniente del diezmado equipo Atcha, que a fuerza de ganarse los desafíos más importantes, logró los votos que lo acreditaron como ganador del Survivor colombiano.

Fue este formato el que nos demostró cuan retorcida puede ser nuestra naturaleza, desde robarle unas galletas a la producción y creer que nadie se daría cuenta, o aliarse para ir sacando gente por competencia, como ocurrió con Pedro Luis Falla, el matemático que llevó como objeto personal un directorio telefónico,  quien de este programa saldría luego a ser parte del reparto de telenovelas, o Marlon, el rapero que solo escucharía su ilustre progenitora, pero que hasta modelo de calzoncillos terminó siendo… y que volvería en 2004 en el reencauche del formato.

Por los lados de RCN, salió al aire Fuera de lugar, que se ambientó, en buena parte, con los partidos de la anodina Copa América que se celebró en Colombia. Y la llamo así, porque Argentina y Canadá declinaron de venir, Brasil mandó la suplencia y nos tocó conformarnos con Honduras y Costa Rica. Claro está, la situación de orden público no daba para más, y es no lo resolvían ni las humorísticas alocuciones presidenciales de Andrés Pastrana, el presidente que mas visitaba a nuestro país. Ahh…eran épocas en que aun la siniestra señora de Kling no había hecho su ingreso a las grandes ligas televisivas. Por su parte, Caracol conservó la exclusividad en los partidos de la Selección Colombia, a la que no le alcanzó para ir a Korea-Japón 2002, por más que ganáramos el gris torneo suramericano.

También destacaremos la escisión que tuvo Francotiradores, (programa que había dicho adiós a Mary Méndez, que recaló por un breve y poco afortunado tiempo como presentadora en Caracol) que en ese año separó en un programa las peripecias de Guillermo Prieto Larrota en El mundo según Pirry, y por el otro dio un giro hacia el humor político con nuestra rescatada de aquel año: La banda Francotiradores, que se volvía una alternativa inteligente e interesante al ya caduco sistema de humor predecible y ñoño de Sábados felices, que se acercaba ya a su trigésimo aniversario, que ocurriría al año siguiente

Y bueno, con el germen de la telerrealidad y de las coproducciones teleinmundas se cierra este episodio, quedando nosotros en el ecuador de nuestros especiales. Antes de despedirme, agradezco la masiva colaboración de los lectores en la selección de las rescatadas de los próximos años, aunque nos resta solo definir la rescatada del año 2012… ¿quién merece sumarse al selecto grupo donde están La luciérnaga, Señora Isabel, Brújula mágica, Quac el noticero, Hombres, El siguiente programa, Música Líquida, Cine arte, ¿Quien quiere ser millonario? y ahora La banda Francotiradores?.

Dios mío, en tus manos ponemos la bazofia que ya pasó, y los bodrios que llegan…

Publicación original de lafiscalia.com en Los años tenebrosos de la televisión colombiana: El inútil y Pedro, el escamoso [2001]

Los años tenebrosos de la televisión colombiana: Muy buenos días [2002]

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Seguimos en esta ardua labor de recordar los intrincados motivos de porqué nuestra televisión nacional tiene tan escasa calidad actualmente, y aterrizamos en el año 2002, año electoral, por cierto, donde vimos afincarse definitivamente a la telerrealidad en nuestras pantallas. Comenzó otra vez Caracol bien temprano sus deberes con Popstars, concurso que buscaba las integrantes del grupo que se conocería, por breve tiempo, como Escarcha. Aunque parecía un buen programa, no dejaba de incomodar cómo una one hit wonder como Yolanda Rayo se atrevía a cerrar los sueños musicales de muchas aspirantes que tenían, en mi criterio, mas talento que mas de una de las cinco elegidas finalmente, pero de este programa saldría carne fresca para otra producciones del canal, como lo veremos en el post del 2003. La labor continuó, para ellos, con la segunda temporada de Expedición Robinson, esta vez subtitulada “El Desafío” (si, desde ese entonces nos ha tocado oir la cancioncita de Ivan Villazón, que no vemos la hora de que apague su llama), en donde se repetían casi calcaditas, las mismas premisas del programa anterior, lo cual nos demostró la bastante reducida creatividad – o estrechez del formato- del canal de la Floresta, por mas que esta vez la playa fuera dominicana y no panameña, o de cuan polémicos podrían resultar personajes como Jean Pierre y su tristemente célebre careta de snorkel.

Por otra parte, las propuestas dramáticas del canal del molusco la verdad, no eran para tirar cohetes, y ello explica el porqué, lo que había comenzado como un formato de una hora se iba extendiendo y extendiendo, dejando poco lugar a la edición: Una aburrida y desabrida María madrugada, donde Robinson Díaz hacía el papel de socorrido galán de Natalia Betancourt, otra de las actrices que se repiten a sí mismas en todos sus personajes.  O una sobreactuadísima Siete veces Amada, donde uno sentía estar viendo la versión alternativa de Traga maluca, telenovela también protagonizada por Umaña pocos años atrás y que ya fue arrojada a la hoguera en el post del año 2000. Deliberadamente dejo de incluir aquí una producción… en el próximo post sabrán por qué.

De igual forma, Caracol quiso rescatar el horario de las tardes, donde ya hacía metástasis la infumable Padres e hijos con sus libretos rocambolescos, y lo hizo con formatos que finalmente, no cuajaron:  Las tardes de Maria C, con María Cecilia Botero (que abandonaría el espacio para irse a la competencia, como leeremos líneas abajo)  y Tres puntos aparte, extraño formato que pretendió unir a Adriana Arango (la hoy detenida, no la ex de Robinson Díaz), Martín de Francisco y Pacheco. Hay cosas que no pegan ni con gota mágica… y esto.

Por los lados de Las Américas, aunque trataron de seguir sacando réditos del ya lejano éxito de Yo soy Betty la fea, los derivados respectivos no lograron mayor éxito: Ecomoda y Betty toons (en la ya desaparecida franja de Jack el despertador) fracasaron por diversos motivos: en el primero, la ausencia de fuentes reales de conflicto malogró el ya de por si forzado final de la novela original. Si la historia se centraba en las aventuras del “Cuartel de las feas”, carecer de una antagonista como lo era “La Peliteñida” – Lorna Paz declinó de hacer parte de este spin-off-  restaba impacto a una historia donde la fea ya no lo era, Armando ya fastidiaba por estar encasillado en su mismo papel de cretino medio amistoso y lo demás…era puro relleno.  Y ni hablemos de la serie animada, que partía de premisas falsas que no se derivaban de la serie original, como que varios de los personajes adultos de la novela se conocían desde el colegio. Además, es que hacer animación en Colombia, tratando de hacer una historia coherente y atractiva no es labor fácil.

De otra parte, RCN optó por telenovelas  y series que naufragaron por pésimos horarios o aún peores elecciones de elenco: La lectora, a pesar de ser narrativamente bien intencionada en principio, se tropezó con las poco claras políticas del canal en cuanto a su emisión, que dejó fríos a los pocos a los que les interesó.  El precio del silencio nos dejaba a una pareja protagónica poco verosimil (Juan Sebastián Aragón y Carolina Sabino), unos villanos sobreactuadísimos (Mónica Franco y Marlon Moreno) y un elenco tan incoherente donde estaba hasta Jorge Tomillo Pérez. Ni los libretos de Gustavo Bolívar sirvieron para mantener este despropósito al aire. Una suerte aún más discreta tuvo Noticias calientes, comedia poco hilarante donde Paola Turbay fungía como una protagonista tan fría, desabrida, apática e irrelevante como la serie en sí misma. Ni Angelly Moncayo como una villana que sin tapujos quedaba ligerita de ropas o Ernesto Benjumea como el galán en apuros salvaron esta serie dominical de su previsible cancelación.

Así las cosas, RCN necesitaba algo para oxigenar su alicaído prime time, y entraron de lleno en la onda de los realities con Protagonistas de novela.  Catorce participantes dieron la largada (7 hombres, 7 mujeres), y el tiempo nos demostraría la composición química del menjurje, de esta pléyade de malos actores: encueratrices mas famosas por sus videos porno amateur que por sus actuaciones (video de Erika Marquez, video de Ana Kanina Soto), ex reinas de belleza que solo recordarían sus ilustres progenitoras (María Paola), gente sacada de la putrefacta factoría “actoral” de Uniautónoma TV. – que es el nivel más bajo de mediocridad existente, ni siquiera superado por Marbelle o la Perubólica- (Juan Camilo, si , el mismo manteco que se tinturó el pelo), gente que terminaría actuando en la competencia (Daniel, Tiberio, Pedro) o participando de otros realities de la cadena (Carolina), chusma intrascendente de relleno – no ganarían ni de coña- y dos bodriazos de primer orden ganaron la competencia: Jaider Villa y Ximena Córdoba, por x o y factores ( no confundir con Factor X, que ya tendrá su turno en estas líneas) ¿Porqué ganaron?: Porque al pueblo colombiano le gusta sentir lástima y votaba al mediocre de Jaider, que se las tiraba de valiente, pero era un petardazo. Y la condición de madre soltera de la Córdoba enternecía, pero a mí no me convencía. La casa estudio de Miami fue testigo de muchas actuaciones de tres centavos, dirigida por una María Cecilia Botero hasta ese entonces creíble.

Pero pronto, RCN vería como sus ídolos de barro fracasaban una y otra vez: A Jaider le dieron la labor de subirle el rating a una también decadente Milagros de amor- otra de las mediocridades del canal en comento en ese año, pseudo protagonizada por Gregorio Pernía haciendo de un falso sacerdote y Maritza Rodríguez- y la terminó hundiendo. A Ximena, le dieron un papel de quinta en la ya olorosa a cloroformo y vomitiva Francisco El Matemático – la respuesta rcnista de Padres e hijos, pero en la noche- y me comentan mis fuentes de alta infidelidad que la terminaron sacando por incumplida y petarda.  Tambien cabe destacar el asunto del uniforme que los ataviaba: una camisa negra con el nombre de cada uno de ellos estampado, digna de un hospital de retrasados, pero que se terminó volviendo moda, pasajera, pero moda.

Y para ponerle la cereza a este postre de mediocridad, la angustiosa búsqueda de RCN a una competencia atractiva a Día a día le llevó desde intentar con un magazin de sofá como Hasta ahora me desayuno, con Adriana Arango (si, la misma, que, tras fracasar aquí, se iría a la competencia) y luego con  Muy buenoss días… donde vino a aterrizar Jota Mario, tras salir casi pistoleado del canal de La Floresta. Este maldito cáncer matutino, en sus albores, contaba con las risotadas macabras de Yaneth Waldman y los profundos aportes intelectuales de Carolina Cruz. Y es que desde ese entonces se consolidaba la nueva “trinidad” de las noticias de farándula del canal de las tres letras, con Andrea Serna a la cabeza, junto a Claudia Bahamón y Adriana Tono,  tras la salida de Catalina Aristizabal rumbo al canal Uno.

No olvidemos aquí el “gran cubrimiento” (y aburrimiento) que ambos canales privados le dieron a los partidos de Korea-Japón 2002, torneo  -donde no jugaba Colombia- cuyos partidos en horario de madrugada hacían las delicias de los celadores. Y ni hablar de los “neutrales” debates a los candidatos presidenciales, en medio de la ruptura de las negociaciones del Caguan y el secuestro de In-greed Betancourt…

Por los lados de los canales públicos, mas exactamente en el Canal A, el Noticiero En Vivo 9:30 suspendió operaciones a finales del 2002. Pero, irónicamente, donde unos sucumben, otros logran ser los rescatados del año… esta vez el honor se lo lleva Noticias Uno, la red independiente, que asumió el rescate de la franja noticiosa del canal Uno los fines de semana y festivos, y donde recaló la precitada Catalina Aristizábal, en una jugada bastante comentada en su época. Fue el manejo que tuvieron de los sucesos que fueron noticia en aquel año, lo que lleva a que se ganen con méritos esta selección. ¡Cómanse esa, Vicky Dávila y Claudia Gurisatti!

Y bueno, así han sido las cosas, y así se las hemos contado, por este 2002. Dios mío, en tus manos colocamos la bazofia que ya pasó, y los bodrios que llegan…

Publicación original de lafiscalia.com en Los años tenebrosos de la televisión colombiana: Muy buenos días [2002]

Los años tenebrosos de la televisión colombiana: Pecados capitales [2003]

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Advertencia: A semejanza de lo ocurrido en 1996, estamos llegando a un año que podría definirse como un foso séptico plagado de inmundicia televisiva. Muchos de los hechos y personajes que leerá a continuación le resultarán tremendamente repulsivos o vomitivos. Recomendamos la cercanía de baldes o bolsas resistentes.

Llegamos a otro año de inflexión en este tortuoso recorrido televisivo. Y lo es porque 2003 vio al Canal A en particular convertido en “el león moribundo”, como lo apodó un artículo de noticias (refiriéndose al logotipo del canal). En marzo de aquel año, el último programa de noticias en el canal, el Noticiero Hora Cero y su productora CPS salieron fuera del aire por falta de dinero, su director de noticias llamó la acción como un signo de la muerte segura de ese canal; los siguientes en caer fueron Andes Televisión, Televideo S.A y Proyectamos Televisión, quienes devolvieron sus espacios y luego salieron del aire. La liquidación de Coestrellas a mediados de 2003 dejó una sola programadora en el Canal A, RTI. Como parte de un Plan de Salvamento aprobado por el Gobierno el 19 de junio de 2003, RTI se trasladó al Canal Uno. Después, en el Canal A, que había liderado tan solo tres años atrás, no tenía mas que mostrar nada excepto los programas de Audiovisuales, la programadora estatal (una rama del Ministerio de Comunicaciones) o televentas.

Por los lados del Canal Uno, a escasamente un año de haber iniciado operaciones, Noticias Uno se dio a la tarea de buscarle un reemplazo apropiado a Catalina Aristizábal, a quien ya carameleaba Caracol para ser actriz. No fue una tarea fácil, sin embargo 815 colombianos, lo creyeron posible. Ese fue el número de personas que se presentó al casting de “Se busca”. En un principio se realizó una convocatoria cerrada, a la que asistieron modelos como Tala Restrepo y Norma Nivia, así como otras no tan conocidas. Luego se decidió hacerla mas abierta, donde no se excluía a personas que ya han figurado en los medios, como Juan Manuel Correal (más recordado como Papuchis); Natalia Peralta, Juliana Galvis o Katherine Porto. Toda esta pléyade de wannabes se enfrentó -con poco éxito- a la votación del público en un conato de reality show, aunque no estaban todos encerrados en un mismo lugar ni las cámaras los vigilaban las 24 horas del día. Finalmente, los elegidos fueron Luisa Fernanda Rodríguez y Paulo Palacio, por decisión del jurado, integrado por Pilar Castaño, Magdalena La Rotta y Hernán Peláez. Hoy por hoy, el que sepa el paradero de Rodríguez y Palacio, que nos avise…

Pero no todo fue malo para nuestra nunca bien ponderada Natica Peralta (si, la misma de la que hice aquel infame comentario sobre el catálogo de ya saben quién) entró como presentadora en Sweet, que ya iniciaba operaciones regulares los días de semana, a diferencia de años anteriores en que iba solo los fines de semana.

Turno de irnos a los canales privados, donde RCN nos trajo una variada oferta que incluía la novela llena de clichés como lo fue La costeña y el cachaco, debut actoral de Amada Rosa Pérez como protagonista (as herself) y con Jorge Enrique Abello repitiéndose como Don Armando, pero esta vez en Santa Marta y sin fea. Como villanos, un cínico Nicolás Montero, que saldría hasta en la sopa por largo tiempo y una Geraldine Zivic tan fría como un iceberg. Del resto, los mismos gags predecibles sobre los costeños flojos, vida chévere y demás estigmas que nos han acompañado per secula seculorum

Luego, una novela supuestamente basada en la tragedia del Eje Cafetero del 99 llamada No renuncies Salomé, que mas bien parece que se fue a la misma parte donde estaban los familiares del triste entrevistado por la infame Vicky Dávila, pues la producción duró al aire escasamente una semana en el prime time, antes de irse a derretir en las mañanas. También, en el periodo rcnista de María Cecilia Botero, es de señalar el fugaz paso de la versión criolla de Fama, aquí llamada AMA la academia, que fue un absoluto fracaso en las tardes, tal como también terminó siéndolo Retratos, que pintaba a ser la versión criolla de Después de los treinta, y una alternativa fresca a su rival de horario (Padres e Hijos), pero que nos terminó demostrando que Angelly Moncayo como villana tenía tras si unas dosis industriales de cloruro de sodio  imposibles de ocultar.

Renglones aparte merece Punto de Giro, una serie que, como diría mi muy apreciado colega Juancarbez, tuvo entre sus ingredientes una amante desequilibrada, interpretada por Alejandra Borrero, que resultaba en principio inquietante, pero que no cautivó a la audiencia. Además fue tantas veces movida de horario que fue fácil perderle el hilo. Navas y Miranda cerraron así sí su ciclo de series.  Yo iría más lejos, y achacaría parte del fracaso de la historia a la pésima elección de la pareja protagonista: Roberto Cano, que siempre me ha parecido tan inexpresivo como una nevera, y Cristina Umaña quienes ya habían sido pareja en Traga maluca, con discreto éxito, por decirlo amablemente… así, el formato de series y en especial el género del suspenso tuvo un entierro de tercera.

De tercera me pareció el boom de las “historias de ángeles encarnados en humanos”, que por el lado de Las Américas nos trajo a la sobreactuadísima Un ángel llamado Azul. Es que de Nicholas Cage y Meg Ryan a Andrés Juan y Mónica Lopera hay un universo entero de distancia en cuanto a talento histriónico se refiere.

Pero RCN también intentó con otros formatos de entretenimiento como la franquicia de Pasapalabra, que discreto éxito tuvo, o Sábado espectacular, bochornoso programa donde Jeta Mario trataba de competir con el antiguo y desvencijado programa que él presentaba en la competencia; o  la nada hilarante La vaca que rie, donde su compañera de set de Muy puercos días, Yaneth Waldman  nos daba más dosis de sus risas insufribles; o el decadente Festival Internacional de la Risa…frente al cual cabe decir que cualquier parecido con el Festival internacional del Humor, pura coincidencia, ¿cierto Alfonso Lizarazo?

Pero, no nos digamos mentiras, lo que le importaba desde hace mucho tiempo a los del canal de las tres letras es el rating, y ese lo obtuvieron fácilmente de la mano de Protagonistas de novela en su segunda cohorte. Como el chiste funcionó y en el colectivo popular se pegó aquello de “te amenazo por convivencia…”, decidieron hacer esta segunda parte, esta vez subtitulada “La amenaza”…y si, era toda una amenaza al buen gusto. Esta vez no serían 14, sino 18 participantes. Y esta vez, el descaro fue mayor: ex Chicas Águila reconvertidas en encueratrices ( Shirly Gómez, Catalina o Sara Corrales), gente con bajo nivel de escolaridad (Cristina Hurtado), remedos de cantantes (Josse Narváez), modelitos de calzoncillos (George Slebi o Pedro Payares), entre otra chusma y prepagos intrascendentes fueron la fórmula para esta temporada. Y cuando parecía todo el camino resuelto para algunos, enredaron más la trama con la mecánica del reingreso de algunos eliminados, para cantarle verdades en la cara a algunos que aún permanecían. Ello nos brindó el único momento memorable del programa, y que tristemente no está en Youtube: el “Cara a cara” del “Trepadora-manipuladora” entre la Gómez y la Corrales. Y se nos vinieron los “Cara a cara” mas deliciosos, donde cada cual subía sus cotizaciones del prepagueo, volvíamos a sentir lástima por Nicolás, que, pobrecito, nadie lo quiere, todos lo odian.

Cómo sería su influencia, que hasta el entonces presidente Uribe le pidió a los remedos de actores a hacer una alusión al Referendo del 2003, que afortunadamente fracasó. Pero, como siempre, el que no conoce su historia, está condenado a repetirla: la lástima nos volvió a convencer- o al menos eso nos hacía creer PWC con sus resultados auditados, y ganó una pareja que ni se caían bien entre si: Shirly “Aptitud” Gómez y Nicolás Reyes. La primera primero figuró por dar papaya bañándose topless en una playa cartagenera pero luego emputada con el paparazzo que le tomaba las fotos ( por si no lo saben ,“paparazzi” es plural, en italiano), haciendo papeles intrascendentes en escasas producciones y moviendo el cu…erpo en algunas competencias nacionales e internacionales de baile, hasta prácticamente desaparecer del panorama. Consiguió mar…ido extranjero y se fue del país . Adiós, que te vaya bien…. De Nicolás, pese a todos los esfuerzos, su suerte tampoco fue la mejor: papeles de escasa recordación y luego una participación en otro reality del que ya tendremos oportunidad de hablar, fue lo máximo que este personaje, casi tan calvo como Jeta Mario y con menos presencia que un tamal envuelto en papel aluminio.

Para terminar con el recorrido por las huestes del canal de Ardila Lulle, decirles que tomaron el liderato del anime en la televisión con seriados como Yu Gi Oh!, pero que, al igual que sucedió en caracol, fueron atacados fuertemente por grupos conservadores, que pretendían que en los espacios de Jack el despertador -donde participó el finado Richard Martínez, cuya polémica vida privada le ha sobrevivido en nuestras líneas- solo pasaran dibujos animados políticamente correctos y no adictivos… esta se las dejo a Uds.

Y bueno, es el turno de Caracol, que arrancó el año con una propuesta que pretendía ser transgresora pero se quedó en el mero intento: La Jaula, en donde debutaron como actrices algunas de las participantes no elegidas de Popstars, pero cuya historia juvenil más molestó a la teleaudiencia, y desde entonces ya veíamos una variable del mercado televisivo: novela que no cuaje en el primetime, se manda para la tarde o a otro horario donde no estorbe. Rápidamente fueron estrenadas propuestas soporíferas como Sofía dame tiempo (con la primerísima actriz -¿?- Karen Martínez) o Ángel de la guarda mi dulce compañía, al que le cabe la misma crítica que hicimos de Un angel llamado azul, solo que esta vez sus protagonistas eran Diego Ramos y Manuela “no salgo del mismo papel desde hace años” González. No podemos ignorar la sobreactuada segunda temporada de las Historias de hombres solo para mujeres, que servía de banda sonora de cualquier restaurante del mediodía, o 100 Colombianos Dicen, entretenido programa de concurso presentado por aquel desprestigiado personaje que se le medía a todo en Caracol en esos momentos, el hoy tristemente célebre Carlos Ricostillo Calero. Circulaba un rumor en los pasillos de este canal que afirmaba que Calero vivía en el mismo y no en su casa, pues salía en Día a día, presentaba noticias, conducía el formato de concurso en comento, y encima hacía las notas de Gran Hermano.

De este reality, hay que decirlo, fracasó por una pésima selección de casting, constituido, en un alto porcentaje por niños de papi y mami aburridos de sus vidas perfectas ( Camilo, Juan Carlos, Ramón, Andrés, etc) o gente muy friki ( Andrea, Clara, Roman o Jhon Henry “Burbujita”). En serio era necesario ver a una persona tan guisa como María Fernanda? U otra que fue mas la bulla que los cocos como Carolina – que entró en reemplazo de Clara, tras su expulsión-¿ U otra que se ganó las antipatías de muchos como Ana María? ¿O un costeño mas estereotipado que Luis? ¿ O una que siempre llore por tener que nominar a alguien como pasaba con Patricia -esta, en lo personal, me parecía la peor elegida de todas-? ¿ O alguien tan Lista H como Carlos? ¿Alguien más estúpida y vacía que Lina? ¿O una  que debería ir corriendo a cambiarse el nombre como Arcenia Cabezas? . Y con nadadito de perro, Mónica Tejón, inspirando lástima se coló en la final. Toda una franquicia de lujo tirada a la basura.  Esperamos CityTV la logre rescatar

Entre otras propuestas de entretenimiento, el canal de Santodomingo nos dio la versión guisa de los Expedientes X con Séptima puerta, adoptó formatos muy a lo MTV con El triángulo, programas de pseudo humor que terminaban indigestando como El ultimo grito, y se dedicó a la compra de formatos como El auténtico Rodrigo Leal – que , digamos, tuvo discreto éxito y una nota aceptable- y  La venganza, hermosa telenovela made in Telemundo, donde, al margen del éxito en rating, se demostraba el enorme cariño y respeto profesional que se despertaban entre si Gabriela Spanic y Catherine Siachoque – Sarcasmo: overload-.

Un párrafo aparte merece uno de los personajes representativos de Caracol y que a buenas horas se logró erradicar del canal: Tatiana Ariza, la entonces nueva reina de la televisión a los alaridos, que se encargaba, ella solita, de hacer frente a la trinidad de presentadoras de entretenimiento de RCN que mencionamos en el post anterior. A mí me parecía sencillamente insufrible, intolerable, casi una tortura china soportar cualquier sección del noticiero donde saliera esta vieja. Su estilo pseudo amigable pero que en realidad atosigaba a cualquier entrevistado la hace merecedora de mis peores epítetos en este apartado. No sigo más, porque ya me resulta demasiado repugnante siquiera mencionar esta mala yerba del pantano.

¿Recuerdan que del post anterior omití deliberadamente mencionar una producción de Caracol? Pues bien, lo hago porque es nuestra rescatada del 2003, a pesar de haber iniciado en las postrimerías del 2002: Pecados capitales, la intrincada tragicomedia de la compleja familia Salinas en pos de la jugosa herencia del caprichoso tío Evaristo, fue una de las últimas novelas corales dignas de ser vista. Aunque comenzó en octubre del 2002, fue en el 2003 que se desarrolló principalmente la historia y competencias dignas de reality show de personajes que representaban lo mejor y lo peor de los seres humanos. Cómo olvidarnos del Mago Kandú (Robinson Díaz), de la olvidadiza Doris o Tía Pelucas (Teresa Gutiérrez), de la insegura Esperanza (María José Martínez) de la ecuánime y estricta Caridad (Patricia Castañeda), del ambicioso Alberto (Juan Ángel)… en fin, de todos y cada uno de los actores que llevaron este proyecto a cabo. Pocas novelas merecen ser repetidas tal cual fueron hechas como esta. Por eso, se une, por derecho propio, al grupo de rescatadas de esta serie.

Y así cerramos este nuevo episodio de la turbia historia de nuestra televisión. Dios mío, en tus manos colocamos la bazofia que ya pasó y la noche que llega.

Publicación original de lafiscalia.com en Los años tenebrosos de la televisión colombiana: Pecados capitales [2003]

Los años tenebrosos de la televisión colombiana: muere Canal A [2004]

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En 2004, la televisión colombiana cumplía su primera mitad de siglo, pero el panorama era desolador: el lunes 2 de febrero de ese año, el Canal A dejaba de existir después de 12 años y 32 de transmisiones interrumpidas como canal publico de carácter comercial para dar paso al aburrido Canal Señal Colombia Institucional, que luego serviría de fortin político. Ya mas abajo les contaré el por qué…

En los lados del Canal Uno, debido al aumento de televentas o infomerciales, este canal cayó en franca decadencia, pues, aun con tan solo cuatro programadoras que tienen cada uno una parte igual de tiempo de emisión (Colombiana de Televisión, Jorge Barón Televisión, CM& y NTC Televisión), sigue sin logar cautivar audiencias. Y no es para menos: No he visto nada peor que Telepais, el remedo de noticiero presentado por Jorge Barón,  que informa menos que un periódico escolar. Colombiana de Televisión es la principal encargada de bodrios con vocación de Tele(In)Ventas, La cruz de Gólgota y otras “instituciones religiosas”…. CM& y Noticias Uno son y seguirán siendo referentes en materia noticiosa, pero párese de contar. Y es que para ellos ni las reformas ni las cuotas de pantalla establecidas en la ley 680 del 2001, que un lector reclamaba ver referenciada, sirven de mucho, sobre todo, cuando, ese mismo año, iniciaron las negociaciones del TLC con Estados Unidos, que obligarán, a futuro, a irla modificando legalmente.

De hecho, hay que destacar que hicieron un reality en aquellos días llamado El huésped, que narraba las desdichas de la familia Benavides, elegida para el experimento,  que debía convivir con un “arrimado”, personificado por Beto Arango. El premio, por aguantarse a Beto, era cumplirles su sueño y este significaba darles la propiedad de la casa, el cual, en honor a la verdad, se les cumplió…at least.

Por los lados de RCN, ya acusaba franco desgaste el matutino Muy buenos días, pues ya solo parecía el noticiero de si J-Lo y Ben Affleck se tiraban un pedo, si terminaban, etc…, las risotadas de la Waldman eran francamente detestables y Carolina Cruz lucía mas estúpida que siempre con sus  muletillas “ahhh….preocupada” o “Claro que si” y los “novedosos” desfiles en ropa interior en el estudio todas las semanas. Para oxigenar el programa, Viena Ruiz retornó a la televisión en el canal de las tres letras, pero fue breve su paso por este programa. Se rumora que nunca congenió con Cruz Osorio, pero en realidad, los horarios de grabación la dejaban muy atareada junto a su labor de madre. Ruiz pasaría a otro programa que lanzó el canal: Los ojos de mi calle, junto a Julio Sánchez Coccaro. El programa pretendía ser un espacio de opinión para el televidente sobre varios casos de la vida real, para reflexionar sobre valores, normas, tolerancia y mucho más…pero luego derivó en el mismo modelo de dramatizados de tres pesos que tanto daño han hecho a nuestra televisión. Y no es para menos , si a ello le sumamos la “zancadilla” que les hicieron a ambos presentadores originales, para , en su lugar, incluir a  el polémico “Padre Chucho” y a la infumable Mabel Kremer.

En las noches, la última oportunidad que le dieron a Ximena Córdoba en RCN fue presentar la pirámide televisiva el programa de juegos D1, un formato que realmente era muy sencillo de hacer, tanto, que hasta en el canal Uno le montaron la competencia con Carlos Montoya y Mango y le iba mejor en rating a los del canal público. La Córdoba fue prontamente despedida del programa por llegar tarde y encima, borracha.

 

En materia de propuestas dramáticas, en RCN lo intentaron de todo: Al ritmo de tu corazón fue el proyecto con el que se quería ver protagonizar a Jaider Villa en un horario relativamente fácil: enfrentada a Padres e Hijos….Y fue un fracaso!. Con eso, al (tr)actor paisa no le quedó otra que no insistir mas e irse. Mejor futuro tuvieron sus colegas de cohorte Tiberio Cruz y Adriana Silva como actores de reparto de Amor a la plancha, primera cachifotelenovela literalmente hablando, donde los conflictos de ese extraño triangulo entre Martina García, Marcelo Cezan y Kathy Sáenz me resultaban tan inverosímil. Y como si fuera poco ver de “bueno” a Nicolás Montero en esta novela, ahora lo veíamos como un maloso torpe en La viuda de la mafia, primera traqueto-novela que parecí a no hacerle mal a nadie…por ese entonces.. También lanzaron  Me amarás bajo la lluvia, último intento de Carolina Sabino por figurar y cuajar con un protagónico después del fiasco que había sido El Precio del silencio (ver post de 2002) y fracasó en el intento. Adicional a ello, y como para mas Inri, Luis Fernando Ardila, que era uno d elos villanos de la serie, falleció a escasos días de filmarse el final, que tuvo que ser el mas macheteado y peor editado posible.

 

Y finales también vimos con Francisco el matemático. La inicialmente fresca serie de los sábados en RCN, saltó tantas veces el tiburón que no pudieron más: Era casi como Padres e hijos, solo que en lugar de Daniela Franco era Gabriela Chávez, y en prime time. La serie resistió el cambio de horario, que saliera Luis Mesa y entrara Ricardo Vélez como nuevo “Francisco”, la desfiladera de personajes. Pero lo que nunca le perdonó el público era volver elitista el Jimmy Carter en el malogrado experimento Francisco clase 2004, que cayó relegado al horario de la tarde hasta desaparecer de la forma más anodina posible.

 

Nada anodina fue Todos quieren con Marilyn, que marcó el exitoso debut actoral de Sara Corrales….casi que as herself. Una novela cuy o único lunar, si se me permite decirlo, es que ninguno de sus dos protagonistas era colombiano, sino venezolano ¿es que aquí no había talento actoral….ah, cierto, ahí también actuó Nicolás Reyes, en un papel casi que de extra con parlamento. No podemos olvidarnos de la preevolución de Chepe Fortuna, digo, de Las noches de Luciana, inverosímil prospecto de novela donde el personaje de Paola Turbay se enamora de un sexy pescado representado por Renato Rossini….uy, si, como todos los pescadores son igualitos a él….una telenovela que sufrió de todo: mal arrastre, pésimos libretos, sobreactuaciones al granel ( cofcofVerónicaOrozcocofcof),  cero química entre los protagonistas…antes, me extraña que la hubieran dejado terminar. Ah, en ella Shirly Gómez hizo también su propio papel de extra con parlamento…es que ellos no daban pa´mas.

 

RCN reestructuró su franja infantil, que pasó a llamarse Bichos Bichez, y desde entonces Jorge Tomillo Pérez tiene con qué seguir comiendo. También lanzó un programa que, con nadadito de perro, fue marcando el macabro estilo editorial del canal: Primera Línea, con Álvaro García, si, el mismo que luego se iría de embajador, regalado al mismo gobierno que en esos pagos buscaba que el Congreso se tragara el proyecto de reelección, y que le debe mucho al atosigante sistema de entrevistas de García, donde se preguntaba de todo pero el entrevistado no decía nada (cualquier parecido con la insufrible Tatiana Ariza, pura coincidencia).

Pero el fuerte de esta franja del prime time de RCN fueron los realities, ambos de anodino paso: como no hay dos sin tres, la producción de Protagonistas de novela nos embutieron en 2004 “El juicio final”. La diferencia: que Caracol ya había consolidado un prime time más coherente y atractivo. Y es que un chiste contado tres veces ya no tiene la misma gracia. Para alargar el cuento, no serían 18 sino 24 aspirantes a entrar en la Casa Estudio, a la que solo llegarían 20 ( menudo fiasco debió ser  uno de los 4 salados al que no le alcanzó “el centavito pa´l peso” para entrar). Esta vez, trataron meterle algo de “supervivencia” al asunto, poniéndolos a pasar trabajo y diferenciando los buenos de los malos actores con el asunto de “la mansión”- para los que pasaban la media de la mediocre actuación- y “la pensión -para los que estaban por debajo de ella-., pero daba lo mismo, pues todos actuaban pésimo y fueron más las veces que vimos al ganador masculino de la temporada con la camiseta gris de “la pensión” que otra cosa. Es mas, ese año se les ocurrió darles camisetas de tantos colores, que el uniforme se volvió un chiste. Esta vez, la base del sancocho de mediocridad actoral no tuvo el mayor éxito: seguían teniendo modelitos varias con algún conocimiento en canales regionales (María Patricia Montoya), modelos de mas calzoncillos (Jose Luis), cantantuchos de quinta (Marlon), palanqueados por ser exmaridos de famosas (Kike Duque), gente que terminaría en la competencia (Alejandro, Margarita, Emerson, Carina Cruz), gente que terminaría siendo caricaturas de si mismas (Valentina), y hasta algunos que terminarían muriendo en trágicas circunstancias (Juan Pablo, Katia).

Y aunque el morbo podía surgir de tener a una pareja de esposos en el programa (Pablo y Adriana) o haber ingresado un concursante “por azar” y sin castings (Felipe), ya todo nos resultaba tan predecible, y es que ni la fingidísima Amparo Grisales sirvió para salvar el desastre, por lo que volvió Luis Mesa, que había conducido la segunda temporada…al final, El juicio final se saldó con bajo rating y una Amparo Grisales que convencía cada vez menos. Quedaron Kike Duque, que de actor es un buen cantante, pues tenía menos presencia que un tampón usado por la Negra Candela y Ana Rivera, cuya participación televisiva se reduce a haber salido en el programa de la pseudoperiodista en comento y en papeles intrascendentes o novelas condenadas al fracaso como “La marca del deseo”. En plata blanca: de 6 ganadores, ningún éxito actoral. El programa jamás cumplió con lo que se pensó, o al menos no para el canal donde se pensó. Los ganadores nunca protagonizaron una novela decente.

 

Y tras la puja del formato de Survivor con los de Caracol, RCN lanzó La isla de los babosos…digo, famosos. Un programa en donde los mas desconocidos del público terminaron llegando a la final (Lucas Jaramillo y María Cecilia Sánchez), y en donde daba pena ajena ver a Rafael Poveda, a Iván René Valenciano pasando hambre, la fingidisima visita “conyugal” de Ana Karina Soto (antes de aquel video) a Pedro Palacios y hasta a Norma Nivia o Sandra Muñoz ganándole a Jorge Cárdenas (loser forever). Pirry como presentador tenía tanto carisma como una motosierra…

 

Por los lados de Caracol, la respuesta ante la pérdida del formato anterior fue la primera edición del Desafío, que contó con una nómina de verdaderos famosos + ex participantes de Expedición Robinson + Nuevos participantes que de lejos barrieron con la competencia. Era interesante ver la sincronía del equipo de las Celebridades dándole sopa y seco a Sobrevivientes y retadores, y hasta ahí, la ecuación fue atractiva. Que haya ganado Paula Andrea Betancourt, cuando había competidores mil veces mejores, es puramente accidental, o las consecuencias de tener buenos amigos y esforzarse solo cuando era estrictamente necesario. No la misma suerte corrieron con la primera temporada de La Granja Tolima, que también tenía “famosos” pero en su mayor nivel de decadencia o puros wannabes, y donde Desde Andrea Nocetti (primera eliminada) hasta Alejandro Pineda (el ganador) pasando por Tatiana Castro (la eterna candidata a eliminar), el programa producía bostezos, el nivel de conflicto era tan ridículo, que a nadie le importaba. Alejandro Martínez, que ya venía de fracasar en Francisco Clase 2004, fue el presentador de este formato, al que le dio una buena dosis de cloruro de sodio.

 

Y la otra propuesta caracolera de Telerrealidad…o mejor, de Telefalsedad fue en el cual , Rodrigo Antonio Vergara Visbal, un cartagenero de 29 años, fue el escogido para supuestamente enamorar a 20 mujeres que creen que es el heredero de una gran fortuna, para quedarse con una de ellas. Esto no se lo comía nadie con un dedo de frente. En lo personal, él botaba su buena dosis de pluma, y más de una de las “eliminadas” y hasta a la misma ganadora, Claudia Palacios, se les notaba que iban más por el dinero que por otra cosa. El farsante de turno la escogió y le juró amor eterno frente a los pocos televidentes que se tragaban el aburrido formato conducido por Diego Ramos; con una mutua sonrisa pues recibieron 200 millones de pesos. La pareja, sin embargo, empezó a sentir al cabo de unos pocos meses que las “cosas se enfriaron” sin “una razón de peso”, como explicaron ambos. Se separaron y ninguno volvió a saber del otro. Él cree que su dedicación de tiempo completo al teatro y la falta de compatibilidad fueron las causas principales de su rompimiento… si, claro, y yo nací anoche…

 

 

La s propuesta actorales del canal del molusco incluyó, entre otros programa, una de las peores bazofias conocidas: Casados con hijos, refrito de la serie americana homónima, con las sobreactuaciones de Santiago Rodriguez, Lorna Cepeda o Lina Luna. También tuvimos la novela protagonizada por extranjeros como Luna, la heredera, que fue tan ficticia, que fue la gran trasteada del horario, o la teleinmundicia hecha refrito de Te voy a enseñar a querer, donde Catherine Siachoque hacía de ….si, lo adivinaron!, era la villana. O Dora, la celadora, que era tan verosímil como libreto de Padres e Hijos, o la sobreactuadísima Mesa para tres, que nos demostró que Catalina Aristizabal y Diego Cadavid tenían menos química que un Alka Seltzer en arequipe. Pero todas fueron opacadas, por una parte, por una de las mas grandes mantecadas made in Tele(in)Mundo: Pasión de gavilanes, refrito de Las Aguas mansas + Morbo, donde hsta Zharick León o Lady Noriega creyeron que cantaban ( a la primera era puro playback de otra cantante, como los de Milli Vanilli ), pero en realidad parecían un par de teiboleras. La telenovela era solo soft-porn para sirvientas; y por otra parte, Dago García se atornilló en Caracol, con La saga, negocio de familia, exitosa novela con la historia de una familia por temporadas, que recibió buenas críticas y aun mejor rating, pero de la cual tengo muchas reservas.

 

Es hora de referenciar a Señal Colombia, que en ese año tuvo que luchar con las uñas en pro de la transmisión de las justas olímpicas de Atenas 2004. Desde Sidney 2000, las transmisiones comenzaron en el canal público, gracias a la gestión de gente de Señal Colombia, justo para ver la medalla de oro de María Isabel Urrutia. Aprendida la lección, ante el bajonazo de rating, Caracol y RCN compraron los derechos en 2004 y solo se vieron, por cuenta de ellos, unos resúmenes incipientes noche de por medio, con perlas como las de Carlos Antonio Vélez de RCN, que afirmó que las “soviéticas” no ganaron la medalla de bronce en gimnasia…cuando la Unión Soviética se desintegró a comienzos de los años 90, o peor aun, Javier Hernández Bonnet, en pleno desfile inaugural, dijo que Eslovenia era parte de la antigua URSS (cuando, en realidad era parte de la antigua Yugoslavia). Gracias a la decisión de cederles los derecho al ente público, los canales privados pudieron responder de forma efectiva a las quejas de los televidentes que querían ver el certamen olímpico y no tuvieron que tocar su parrilla de programación ni sus compromisos comerciales.

Pero las nubes negras no se alejaron de los entes públicos de televisión: Con el funesto Decreto 3550 de octubre del 2004, se suprime el Instituto Nacional de Radio y Televisión, Inravisión, y se ordenó su disolución y liquidación, bajo el primer gobierno Uribe y la siniestra sombra de la ministra Martha Pinto de De Hart, la misma verdugo que ya venía de pasarle la guadaña a Telecom y demás teleasociadas. El pretexto: el gran pasivo pensional de 350 mil millones de pesos, su retraso tecnológico y el mal estado económico de la misma, que, supuestamente, hacian a Inravisión inviable como compañía. Sin embargo, la función de Inravisión como programador, la seguirá asumiendo el Estado, la producción sería tercerizada acudiendo al mercado nacional para comprar y licitar los contenidos de programación. Esta operación le dará vida a un nuevo instituto que asuma las funciones de las dos firmas liquidadas, con una infraestructura más pequeña y viable que no sobrepasara los 70 empleados. Fue una liquidación tan chambona, que, ocho años después, en una sentencia de 19 páginas, el Consejo de Estado ratificó el fallo en el que se indica que el Estado debía asumir la responsabilidad de las pensiones de los trabajadores del liquidado Instituto Nacional de Radio y Televisión (Inravisión) y no la Comisión Nacional de Televisión. En este sentido, el alto tribunal consideró que cuando se logre demostrar que los bienes de la liquidada Inravisión no sean suficientes para cubrir los pasivos laborales y pensionales de la entidad, la Nación será la encargada de asumirlos.

Y es todo ello lo que justifica la elección del rescatado de este año, que no es de los canales privados, sino un programa del que casi nadie pareciera acordarse: Los especiales y segmentos de Así se vio en TV, donde se mostraron escenas de los 50 años de nuestra televisión, como aquel furcio del entonces Guillermo León Valencia diciendo “Viva España”….cuando nos visitaba el general Charles de Gaulle, presidente de Francia. O los programas de El show de Jimmy, o las escenas de El niño del Pantano; segmentos que fueron casi que el testamento que nos dejaba Inravisión antes de que la guillotina liquidatoria cayera sobre ella, acabando con su existencia, que databa de 1963…y así cerramos este episodio de la televisión. Dios mío, en tus manos colocamos la bazofia que ya pasó, y los bodrios que llegan….

Publicación original de lafiscalia.com en Los años tenebrosos de la televisión colombiana: muere Canal A [2004]

Los años tenebrosos de la televisión colombiana: plan prepago [2005]

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Continuamos en este recorrido por las oscuras aguas  de la mediocridad televisiva, y llegamos a un año en donde prácticamente la televisión pública paso a un plano tan irrelevante que nos quedó más en evidencia la falta de calidad de los canales privados, y es por eso que nos quedamos virtualmente en un duopolio de desperdicios televisivos de diversas raleas.

Esta vez, arrancamos nuestro recorrido hablándo por franjas horarias y tipos de programas: En los programas matutinos, mientras Caracol parecía estar en una zona segura con Día a día, aun con una sobrepoblación de presentadores, en RCN, la salida de Yaneth Waldman (que iría al elenco de Los Reyes, de la cual hablaremos en este post) modificó la nómina de Muy buenos días, y en ella recaló, por breve tiempo, David García Jeringa, de quien se comenta que salió en pésimos términos con Carolina Cruz; y en su reemplazo, nos llegó una de las peores, que soportamos aun en nuestros días: Laura Acuña.En ese entonces, la polémica presentadora bumanguesa era una ex estudiante de Derecho de la UNAB recién casada con Camilo Montoya, presentador de la competencia y uno de los, entonces, solteros más apetecidos del país ( lo cual demuestra lo mal que andábamos), que probaba suerte con Fuera de Lugar y luego en el magazin de Jeta Mario y secuaces varios, frente al cual su mayor competencia era la enésima repetición de episodios de Los Simpsons o el reinicio eterno de Gata salvaje y mantecadas similares made in Tele(in)mundo. Era tanta la difusión que tenía este espacio, que asumía incluso el fracaso de Enigmas del mas allá, la débil y tardía respuesta que RCN planteaba a Séptima puerta, pero sin competir directamente contra ella; y con las subactuación de Roberto “El autista” Cano.

En las tardes, Caracol que buscaba consolidar su franja vespertina con algo, e intentó de todo: desde Juan vs. Román, una serie que juntaba a dos ex participantes  del fallido Gran Hermano del canal del molusco, y que comenzó desde las postrimerías del 2004, hasta Esta tarde, uno de los proyectos fallidos de Tatiana Ariza antes de dejarnos descansar de su infumable presencia, al lado de César Escola y Roberto Velasquez. Tambien hizo un remedo de magazin/dramatizado que era La Peluquería, un completo irrespeto actoral en donde Manuel José Chávez representaba a un peluquero über-gay que dejaría a Carlos Vargas como Rambo; junto a Mabel Moreno.

Pero lo más destacado fue el giro que los de Colombiana de Televisón quisieron hacerle a Padres e hijos, para justificar el tiempo en el que Ana Victoria Beltrán filmaba una película medio porno en el Perú -una de sus escasas anotaciones en su hoja de vida- (ampliamente comentada aquí): La muerte y resurrección posterior del personaje de Daniela Franco que, para ser sinceros, me parece uno de los libretos peor diseñados posibles. Al final, Daniela reaparecía, poco a poco recuperaba la memoria, previo paso por las armas de uno o dos de sus ene mil maridos.

En este mismo horario terminaron lanzando también otras teleinmundicias como el pésimo remake de La mujer en el espejo, donde Paola Rey nos demostraba su belleza digna de Corabastos, o la irrelevante El cuerpo del deseo, donde seguíamos viendo a Mario Cimarro sin camisa, algo tan predecible como desfile en ropa interior de Muy buenos días, o la versión tercermundista de Lost, aquí llamada Vuelo 1503, que daba pena ajena y hasta asco.

En RCN no se devanaron los sesos para competir en esta franja: simplemente lanzaron Estilo RCN, uno de sus programas más embrutecedores, y que era un after party de su dilatada sección de farándula, y donde debutaban en la presentación Cretina Hurtado y Catalina Gómez. Luego, con las ya habituales telebobelas de Teleguisa, se unían a este sancocho bazofias varias como  Rebelde, la novelita pecueca que lanzó a la fama a RBD; o  Juego Limpio, una de las telenovelas donde Andrés Sandoval seguía haciendo su sempiterno papel.

En materia de realities, Caracol pegó primero lanzando Desafío 2005, Cabo Tiburón, único que fuera filmado en locaciones colombianas y donde las “celebridades” fueron un fiasco: Entre ellas se contaron El Tino Asprilla, Héctor Buitrago de Aterciopelados, Luigi Aycardi, que se volvió el villano del juego; Carolina Sabino ( que ya merece ser Mujer de Lot por toda una vida y obra), Catalina Acosta y Tatiana de Los Ríos, que repitió la suerte de su coterránea Paula Andrea Betancourt al llevarse el premio, esta vez venciendo al último “reingresado” a la competencia:  Mauricio “El guerrero de la Luz”, un tipo que definitivamente estaba bien pa´allá.

RCN reforzó su liderato con una nueva temporada de La isla de los famosos, una aventura pirata, que nos demostró cuan necesitados estaban personajes como Maria Mónica Urbina, Rosemary Bohorquez, Lorena Meritano o Dexter Hamilton de revitalizar sus carreras, pero en la cual saltaron a la fama Beto Arango (como el eterno habitante de La isla del muerto), José Piñeres ( aunque fuera su debut y despedida), Viña Machado y Javier Jattin; y que nos permitió ver los destapes de Leonel Álvarez y Ricardo El gato Pérez. Este reality de supervivencia vapuleó a su rival directo;  una franquicia en la que, lo confieso, creí al principio pero perdió el norte rápidamente: La única versión de El Aprendiz en Colombia, de la mano de Jean Claude Bessudo, que era más cercano a lo que sería la edición de Martha Stewart que a la de Donald Trump. Me duele decirles, señores de Caracol, que Luz Marina, la morena, no era Omarosa (si acaso la intrigante y clasista Catalina se acercaba) y al día de hoy, desconocemos si Kees Stapel, ganador de esta temporada sigue en Aviatur con ese sueldazo que se prometió de premio. Lo cierto es que la competencia de hombres vs Mujeres estuvo floja de principio a fin, que centauros vs Proactiva no le llegaba ni a los talones a la de Primarious vs Matchstick (los de la temporada de la señora Stewart) y que creo que los que desarrollaron la idea fueron los reales despedidos.

En la siguiente plataforma de lanzamientos de telerrealidad, el marcador volvió a quedar a favor de RCN:  Factor X fue el programa que le permitió a Marbelle, Jose Gaviria y Juan Carlos Coronell salir de la Lista H y a Andrea Serna tener en sus manos el sobre, y mientras grandes voces salieron de la competencia (como las de Estella, Yina o Anabella), por puros revanchismos entre jurados, nos aguantábamos los mil roces del trío Sin límite, los alaridos de Farina, la cuestionable estética de Enygma  o la historia telepornomiserable de Julio, ganador de esa primera temporada. Contra él, nada podía hacer Nómadas, revuelto al inventado entre personajes eliminados de  Desafío 2004 y 2005  junto a algunos lista H varios, junto con la entretenidísima presentación de Víctor Mallarino, que aburría hasta a las piedras. Como sería de mala esta temporada, que hasta Cambio extremo, otro lanzamiento del canal rival,  la superaba en rating.

En materias dramáticas, los de la Floresta intentaron muchos formatos, casi todos fracasos:  Se destacaba, por escaso margen, Por amor a Gloria, la ininteligible historia de amor entre los personajes de Carolina Acevedo y Juan Pablo Raba, tan verosímil como una historia de contratistas honestos para la calle 26; o La Diva, sobreactuada producción donde Lorna Cepeda demostró que el talento en su familia solo lo tenía Angie, y que fue el inicio de los muchos fracasos actorales para Carla Giraldo, célebre por su canción “Te corrí la silla”. Seguimos con El baile de la vida, que era una de las mil maneras en que Robinson Díaz saturaba al televidente, que ya lo venía viendo, casi ininterrumpidamente, desde 2002. No nos olvidemos de bodrios varios como Decisiones o La Tormenta, que llenaron de manteca las pantallas caracoleras.

Pero si de manteca se trata, RCN la sacó dele stadio comprando los derechos de Los Roldán en Argentina y produjo Los Reyes, que lanzó a la fama a la polémica Endry Cardeño y fue el debut en TV colombiana de Jaqueline Arena y el regreso de Enrique Carriazo y Rosita Rico. Aunque la novela, en medio de su estética guisa, tenia lo suyo, marcó una triste tendencia en nuestro país: comprar formatos en el cono Sur y adaptarlos, estartegia que escasamente funcionaría con el producto en comento. En esta producción, Diego Trujillo repetiría el mismo papel de hombre elitista entrado en años y medio chistoso que lleva repitiendo desde Perro amor, en el 1998.  Luego lanzaron el pseudo remake de El pasado no perdona, que fue una de las novelas mas fallidas posibles, y que terminó relegada al infame horario de los sábados después de media noche, donde no se la vería ni la mamá de Bernie Paz, paquetazo extranjero que la protagonizó. No podemos olvidar a Lorena, una de las novelas que mas debía gastar en los litros de maquillaje para Amada Rosa Pérez y María Cecilia Botero, y que fue el triste adiós de Bernardo Romero Pereiro, que fallecería ese mismo año.

En otros formatos, destaquemos ( sin que ello sea necesariamente un halago) , por el lado de Caracol a la bochornosa adaptación de Quien manda a quien, que haría merecedor de un Oscar hasta a Tony Danza; o Hablando claro con la prensa, delicioso programa de debates que dormía a la par que desinformaba, y por el lado de RCN tenemos el tardío lanzamiento de Lost los domingos en la tarde ( perdiéndole toda continuidad, como por variar), mas exactamente ¡desde el 25 de diciembre de aquel año!, el fortalecimiento de la franja Bichos como plataforma para la elección del representante infantil colombiano a Código Fama internacional, el pésimo humor de Mamando gallo ( otra de las fallidas propuestas de los sábados en la tarde), el inicio formal de Futbolmanía RCN con los partidos del Suramericano Sub 20 del 2005, jugado en el Eje Cafetero, desde donde pontificaba de futbol Carlos Antonio Vélez y nos ensordecía Jorge Eliecer “Vendedor de biutifarras” Torres;  o el debut de uno de los peores programas de chismes posibles: El lavadero, de la mano de ese ser tan despreciable como lo es doña Grasienta Torres, Mauro Urquijo y Ángela Vergara, que querían meterla a como diera lugar en el canal RCN, sin mayor éxito, claro está.

Por la televisión pública, digamos que destacamos el lanzamiento de Hola Escola, magazin nocturno donde hizo sus pininos una hasta entonces no tan intensa Mónica Fonseca junto al pluriempleado César Escola; o los divertidísimos consejos comunitarios del hoy expresidente Uribe, transmitidos gloriosamente por Señal Colombia Institucional a costillas de nosotros los contribuyentes, y que le permitieron abonar el terreno de campaña para su previsible reelección al año siguiente.

Y en medio de todo este detritus televisivo, sale una flor dentro del fango: Nuestra rescatada del 2005 es Juegos prohibidos, telenovela donde Katty Saenz conoció a su hoy pareja Sebastian Martínez, en una turbulenta historia de amor que, en mi criterio era fresca, verosímil, con villanos que se hacían odiar como Marcelo Dos Santos o Elkin Díaz, y un gran reparto de actores como Adriana Ricardo, Franky Linero, Patricia Tamayo, Patrick Delmas o hasta Natalia Jerez, antes de que se volviera predecible.

Antes de terminar, y a modo de glosa de cultura pop, decirles que gracias al operador celular Bellsouth/Movistar, a algunas presentadoras o modelos les decimos “Prepagos”. ¿La razón?: antes de ese año, los celulares tarjetas prepagos no tenían una personalidad identitaria, y desde el lanzamiento de aquel infame equipo de Bellsouth que era casi igual a un teléfono inalámbrico, para empeorar, sin tecnología GSM (es decir, sin tarjeta sim), pero como lo promocionaba hasta en la sopa Claudia Bahamón, pues toma que te den. Y al lanzarse Movistar, tanto Bahamón como su colega Carolina Cruz eran su imagen promocional. Desde ahí, en el subconsciente popular, se familiarizó el concepto “prepago” asociado a las modelos (con los deficientes productos que ofrecían, pues el saldo de una tarjeta de Movistar duraba menos que un polvo de cierto ex participante de un reality de CityTV).

Dios mío, en tus manos colocamos la decadencia que ya pasó, y los bodrios que llegan.

Publicación original de lafiscalia.com en Los años tenebrosos de la televisión colombiana: plan prepago [2005]

Los años tenebrosos de la televisión colombiana: Hasta que la plata nos separe [2006]

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Debo confesar que redactar este post del 2006 me resultó una labor bastante compleja, por asuntos meramente personales, pero, con base en muchas investigaciones, pude darme cuenta que las variables que se venían manejando hasta entonces no cambiaron significativamente.

Retomando nuestra estructura anterior, hay que decir que a principios del 2006 Caracol se arriesgó con un estilo de “convocatorias” a sus realities muy inusual: preséntese el que sea, que para algo sirve. Y es que ese año, a excepción hecha del ya habitual Desafío, Caracol experimentó con únicas temporadas de diversos formatos que, inexorablemente, terminaron en estruendosos fracasos: Tengo una ilusión, La bella y el nerdo, Préstame tu pareja, El Premio Gordo y Circo romano fueron las palmarias muestras de que Caracol ya era experto en tirarse hasta el mejor formato (como ocurrió en 2003 con Gran Hermano).  Y es que se veía muy forzado esa competencia/no competencia entre personajes como Fanny Lu o el padre Alberto Lineros o Vanessa Alexandra Mendoza por cumplirle sueños a la gente; las bellas no lo fueron tanto y los nerdos…nehhh; las parejas intercambiadas tenían menos carisma que un director de la DIAN, Maribel Abello despertaba bostezos con su reality de gente gorda tratando de rebajar y con Escola, prefiero no hacer mas sangres.

A Caracol si le funcionó seguir con su Desafío 2006, esta vez cambiando el repertorio, pues ya no se serían celebridades ni ex participantes de Expedición Robinson, sino gente del común en La lucha de los estratos: Vimos a unos Privilegiados que chuparon bastante Playa Baja y de donde saldría ganador Alfredo Varela, hoy cónyuge de Rochy Stevenson y concejal de Barranquilla, junto a la infame “Pirula” que le hizo la vida imposible a los “llevados”, que demostraban lo requetellevados que estaban; y el equipo de los “rebuscadores”, que tuvieron su propio villano (Gabriel), su ficha comodín (Eileen) y sus intrigantes de turno ( Angélica y Diego). Un curioso sancocho que le permitió a Caracol ir campeando poco a poco el temporal. Fue el primer reality de esta factoría en el cual ya no hubo posibilidad de reingreso.

Y es que, no nos llamemos a engaños, salvo Sin tetas no hay paraíso, las telenovelas de Caracol no llamaban ni cinco la atención: El engaño fue de muy corta duración, Amores Cruzados padecía las terribles sobreactuaciones de todo su elenco, Las profesionales, a su servicio evidenciaba lo mal que le iba – y le seguiría yendo-  a Caracol importando telenovelas chilenas, La Ex pasó sin pena ni gloria y Criminal, padeció lo mismo que ya decíamos desde El Baile de la vida: Ya el público estaba hasta las narices de Robinson Díaz. Y eso que no era una mala historia, todo hay que decirlo.

Respecto a Sin tetas, hay que decir que su versión original, con todo y lo burda que era, me pareció mil veces mas auténtica que el remedo que hizo Tele(in)mundo años después. Lo malo es que le dio mas alas a Gustavo Bolívar para repetirse en su mismo con su mundo traquetoide y prepagofílico. En ella, María Adelaida Puerta se fajó un papelazo de prostituta medio ingenua, medio ambiciosa, que distó mucho de su ininteligible papel en Buscando el cielo,  reality-dramatizado- o lo que sea que planteó Dago García en las instalaciones de la Casa Gran Hermano, que era como Protagonistas de Nuestra Tele pero sin Cara a Cara y sin mayor convivencia entre los participantes. Fue un experimento que no gustó y su spin off, Don Roque Buena papa fue uno de los dramatizados mas ridículos en la historia televisiva nacional. Desde ahí, dejamos de ver en pantalla a (M)Amada Rosa Pérez.

No podemos olvidar en este apartado del horror el fiasco de Divinas tentaciones, reencauche de Tentaciones, donde Inés Oviedo y Mauricio Vélez solo hicieron el ridículo, que ya era rizar el rizo; o el surgimiento de Tu Voz Estéreo, en el magistral prime time de las sirvientas: la franja de la tarde, que posteriormente se volvería el escampadero de esos abortos de dramatizados que llegaban al Canal Caracol y de los pseudo actores desempleados o provenientes de PeH.

Y para empalmar con las propuestas del Canal de las Américas, indicar que entre Caracol y RCN hubo una especie de “intercambio humanitario”, en donde Jorge Alfredo Vargas pasó a Caracol y Carlos Calero pasó a RCN, aunque creo que los de RCN salieron perdiendo. Vargas presentó, entre otros proyectos, Mesa de noche, el nuevo espacio de opinión de la franja late.  Por su parte, Calero fue el paquetazo chileno que le llegó al canal de Ardila Lulle, y trataron de meterlo en muchas cosas y no hacía sino el ridículo.  Ya veremos porqué.

En materia de realities,  RCN comenzó el  año cometiendo un error que no debe cometer un canal con un reality exitoso: lanzar una segunda temporada tan seguido de la primera. Tras la victoria de Julio en diciembre del 2005, desde enero de 2006 arrancó motores Factor X 2006, que fue mas bien el reencauche de gente que no tuvo la oportunidad de pasar a las galas en 2005. Esa fue apenas la punta del iceberg: Todavía me cuesta explicar cómo, habiendo en competencia mejores voces como las de Martha, Walter, Angelo, el trio Ébano, la rockera Juanita, o la de Bryan (que luego sería vocalista de Los de adentro), terminó ganando Francisco, que cantaba menos que Sara Corrales y era un “reciclaje” de la temporada anterior, era el que más se le olvidaban parte de las letras y casi ni sabía leer. Muchos dijeron que en el canal había favoritismo por el participante de la vereda La Lucha, participante de la categoría de Marbelle ( lo cual dice mucho del nulo criterio musical de la susodicha)  y su historia telepornomiserable casi perfecta, pero su carrera musical fue flor de un día. Su disco creo que no lo piratearon ni en Pambelé Records. Luego, decidieron hacer la soporífera versión infantil del programa, con los mismos jurados, pero con una limitante: no podían verse peleados entre si frente a los niños, y como el que es caballero repite, volvió a ganar Coronell de la mano del pequeño mariachi Andrés, cuyo futuro actual desconocemos, y no nos interesa.

Pero, como diría Alejandro Sanz, no hay dos sin tres; y para seguir saturándonos de Factor X lanzaron La batalla de las estrellas, donde a los mismos tres jurados les correspondió ser tutores de una suerte de “famosos” reconvertidos en cantantes o de rescatar carreras musicales desperdiciadas. A Marbelle le correspondieron los hombres, entre los que estaba Jeta Mario, Marcelo Cezán ( cuya carrera musical está mas muerta que Lina Marulanda) y el mismísimo Carlos Calero, que como cantante es un excelente presentador; a Coronell le correspondieron los grupos, la sempiterna categoría hueso, entre los que se cuentan bodrios varios como Los intocables, donde dizque cantaban Carlos Giraldo ( a.k.a. El Mono de Sweet) , doña Grasienta y (Gor)Diva Jessurum; o Fusión ( con Andrea Nocetti, Omar Murillo – el ____ despreciable de También Caerás- y Natalia Peralta), mientras a José Gaviria le tocaron voces interesantes como las de Amalyn de Hazbun, Valerie Domínguez- antes de su escándalo agrícola, es mas, hasta se rumoró que tenía algo con Gaviria mas allá de lo profesional- Yaneth Waldman o la ganadora de esa temporada, Luz Amparo Álvarez, que años mas tarde se iría a la competencia.

Alternamente, la moda de los realities de baile con famosos llegó a Colombia y RCN lanzó así Bailando por ,mil pesos, un sueño, que nos mostraba un pool de jurados con Nerú, Carlos Muñoz (que se notaba que lo hacía para tragar), Thérese Leleux y Rossana Lignarolo en el papel de la jurado HP. Conducido por Paola Turbay y Julián Román, a quien el rol de presentador le sentaba igual que el frac de Uribe frente a los Reyes de España: Fatal. Fue una de las últimas veces que tuvimos que soportar la incómoda y vomitiva presencia de Tatiana Ariza en la Tv. Con este reality, optaron por la estrategia de la “mini-temporadas”, y así nos embutieron, sin mayor empacho, tres de ellas de seguido y una cuarta de tipo all stars llamada Los Reyes de La Pista, pero que era mas de lo mismo. Gracias a la segunda temporada de la misma, Carolina Cruz tuvo la excusa perfecta para abandonar Muy puercos días y embutieron a Calero recién desempacado en RCN. A la primera le sirvió para ganar la respectiva temporada, y alejarse de su “amiga” Laura Acuña; y al segundo para hacer el ridículo, como por variar.

Y es que no podemos perder de vista que el desgastado y decadente programa matutino de pacotilla se volvió, desde ese año, en “El show de Jeta Mario y Lassie AcUÑA”, y la nueva víctima entre sus fauces  fue la cachifa de quinta esa de Mabel Cartagena, espécimen traído desde otro de los programas mas paupérrimos de Telecaribe – lo cual ya es muuuucho decir-: Contacto, donde solo pasan los mismos videos y llama la gente a saludar y decir sandeces. O sea, casi lo mismo que hacen Jeta Mario y sus secuaces por horas y horas. La llegada de la costeña fue todo un jardín, plagado de espinas y malas hierbas, como sus coequiperos; y es que la hoy señora de Kling rompía con su entonces marido Camilo Montoya por uno de los incidentes de cachos mas públicos, después de el de Sara Corrales: Se “enmozó” con Jose Gaviria, deliciosa relación que hizo que las arcas de las revistas de cuore subieran como espuma.

En materia de otros formatos, RCN nos dio una suerte de reality show de lo mas grasiento posible: Lucho y su Gloria, con la patética , decadente y bochornosa vida del ex concejal Lucho Díaz y su familia. O sea, en MTV tenía a los Osbournes, y aquí a ¿este mamarracho patético? #givemeabreak. O la vergonzosa transmisión que Futbolmanía hizo del Mundial de Futbol de Alemania 2006, donde era obvio que al “profe” Veléz se le fue la mano en birras teutonas.

Y ni qué decir de la llegada de la insoportablemente, sosa, aburrida y con cara de mosquita muerta de Isabel Sofía Cabrales a la conducción de Estilo RCN. Era un crimen de Estado, digno de su actual suegro, soportarse a esta pelmaza en TV. No podemos olvidar ese bochornoso programa de pseudo biografías de famosos llamado Los secretos de Diva, narrado con la insoportable voz de la señora Jessurum, que provocaba fuertes ganas de levantar a patadas al televisor. O las fallidas incursiones del humor Rcnista de los sábados como Caleroscopio ( otro de los rotundos fracasos de Calero, que ya se ganaba su premio “Mujer de Lot” en esas épocas) o Clonestilo, que comenzó bien pero se volvió eso, un clon del ya de por si caduco pseudo humor de Sábados Felices.

En materia de dramatizados, RCN tuvo grandes bodrios como Merlina, mujer divina, donde sus protagonistas, Rodrigo Candamil y Valentina Acosta, tenían menos química que un alka-seltzer en mermelada, los villanos eran forzados y sobreactuados y nadie se creyó ni la mitad del libreto. O De qué tamaño es tu amor, telebobela de sugerente título donde Agmeth Scaff demostró que como galán tiene menos futuro que la clasificación de la selección de Futbol de Luxemburgo a un Mundial. Y ni qué decir de Floricienta, versión colombiana de su homónima argentina, que estaba tan fuera de lugar en el prime time  que terminó sus días relegada en la franja de la tarde, ante el fracaso de la producción inmediatamente indicada. Tampoco podemos olvidar En los tacones de Eva, telenovela donde Jorge Enrique Abello era  Don Armado + Betty la fea en versión drag, pero que era exasperantemente sobreactuada. ¿A nadie se le bajaba de la cabeza que “Eva María” no era una mujer?.

Pero siempre hay una luz al final de los túneles, una bella flor en medio del fango, y el título de nuestra rescatada del 2006 se lo lleva nuevamente RCN, esta vez con Hasta que la plata nos separe.  Hay que decir que fue, tal vez, la última novela de corte tragicómico  estilo coral decente, donde cada personaje, en medio de sus estereotipos ( la empleada buenona, el neurótico, el gay de closet, el tumbalocas, el arribista, el buena gente, etc), era simplemente divertido ver: el rol de rebuscador de Méndez, Víctor Hugo Cabrera, en contraste con la autoritaria Alejandra Maldonado, Marcela Carvajal, junto a una nómina de actores donde los poderes salinos de Katherine Porto estuvieron a raya, demostraron que no se necesitaba de galanes extranjeros ni estrellitas de reality para hacer una buena producción.

Y así concluye el recorrido por otro tenebroso año de nuestra televisión nacional. Dios mío, en tus manos colocamos la basura que ya pasó, y los bodrios que llegan…

Publicación original de lafiscalia.com en Los años tenebrosos de la televisión colombiana: Hasta que la plata nos separe [2006]

Los años tenebrosos de la televisión colombiana: Pura sangre [2007]

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El 2007 fue un año bastante curioso en cuanto a propuestas televisivas de los canales, no precisamente por su calidad, sino  por lo que intentaban para figurar, aplicándose entre ellas un fastidioso efecto espejo, como lo comenta uno de nuestros activos foristas, en un año donde  la hoy extinta CNTV dio vía libre al tortuoso camino del tercer canal, por lo que RTI entregó todos sus espacios en el Canal Uno. Y también fue el año en que se creó LaFiscalia.com.

Por los lados de La Floresta, su única producción destacada, tanto por la crítica como por el rating fue Nuevo rico, nuevo pobre, historia bastada en un “cambiazo” de bebés de hace algunos años en Cartagena, donde John Alex Toro hizo de contraparte  humorística con Martin Karpan. En lo personal, aborrecía esta novela, por ser el cliché de los clichés de Caracol: las mismas locaciones patéticas de sus “comedias de oficina”, sobreactuaciones a diestra y siniestra, los mismos pobres gritones y sobreactuados, casi los mismos que mostraba una producción de RCN de ese mismo año: Novia para dos, en el que Lincoln Palomeque hacía el papel de dos hermanos separados alnacer, pero si él no rinde ni para un papel, ni hablemos de dos. Manuela González como protagónica es una excelente manera de desperdiciar del dinero de cualquier canal, y ni hablemos del resto del elenco, una partida de ricos superficiales, hipócritas y dedo parado vs unos pobres guisos pero “echa´os pa´lante”

Caracol también le siguió apostando a las grandes superproducciones de Tele(in)mundo, con un ostensible fracaso como lo fue El Zorro, la espada y la rosa.  Como si no hubiera aprendido nada de lo que fue La dama en el pantano, esta vez, la telenovelización de las aventuras de El Zorro nos mostró un prospecto de telenovela de época que era todo un insulto a la mediana inteligencia de los televidentes. Y es que Christian Meier tiene tanto carisma y éxito en nuestra televisión… Pero eso era nada comparado con el frustrado debut actoral de Marbelle en la sobreactuadísima e insoportable Marido a sueldo, inverosímil historia de una familia dueña de una empresa que vendía pollos, donde le buscaban un enamorado, siendo este el frustrado debut y despedida de Daniel Kuzniecka en nuestra televisión.  No fue un año especialmente favorable para los protagónicos extranjeros.

Caracol siguió estrenando telenovelas de manera absurda, algunas con ideas dignas de un niño de prekinder como la sobreactuada y bochornosa Pocholo, que ellos creían que tenían entre sus manos la versión criolla de Norbit, pero, recordemos que la película de Eddie Murphy era malísima, y aun peor lo fue la telenovela protagonizada por ( favor sentarse, que esto los hará irse para atrás) Orlando Valenzuela. Manteca a raudales destilaba Nadie es eterno en el mundo, insoportable telebobela enmarcada en la industria de la “música popular” que tenemos el ingrato castigo de ver en retransmisión en estos momentos, de la mano de una pareja que no tenían ni cinco de química: Juan Pablo Posada y Adriana Bottina. Lo mismo podríamos decir de Sobregiro de amor, donde Zharick León no despertaba sino bostezos, Juan Pablo Raba no convencía a nadie y seguíamos mamados de ver a Robinson Díaz.

Otros estruendosos fracasos caracoleros de ese 2007 fue el reencauche de la novela chilena Montecristo, que nos demuestra que Paola Rey como actriz es una excelente cachifa, que las novelas chilenas no funcionan en nuestro país; o El ventilador, donde estrenó sus dosis salinas Carolina Guerra y Marlon Moreno seguía encasillado en si mismo.

Pero por los lados de RCN, casi todas las propuestas dramáticas tampoco se salvan de la quema: Produjeron Mujeres asesinas y las “asesinaban” con un pésimo horario. Lanzaron Sin retorno, y no le permitieron tener una señal identitaria con la producción anteriormente citada. Lanzaron en las tardes Zona rosa y les ganaba en rating hasta Padres e Hijos; y por último, el reencauche de Las Juanas, ahora titulada La marca del deseo, le fue tan mal en rating, y es que a la fresca historia de 1997 le enredaron tanto la trama que la gente terminó viendo la telenovela, a las 3 de la mañana.

Una que si tuvo las mieles del éxito entre la teleaudiencia, pero que a mi modo de ver era sobrevalorada fue La hija del mariachi, inverosímil historia con la que Mark Tacher vino a Colombia, con todo lo que ello conllevó. A la gente le podía gustar la música que, en riguroso playback, interpretaban Carolina Ramírez, Gregorio Pernía y el mexicano (incluso lo hicieron en el reinado de belleza de aquel año), pero esta es de esas producciones que ni me la masticaba y mucho menos me la tragaba.

Ahora bien, en materia de formatos de telerrealidad, ambos canales se rajaron: RCN picó en punta con El jugador, pero no le dieron continuidad; lanzaron una soporífera versión de Factor Xs que ganó de nuevo Jose Gaviria con la voz de Camilo Echeverry, el Justin Bieber criollo ( risas) y ni hablemos de cómo se tiraron el formato de La isla de los famosos: Una aventura maya el intrincado mecanismo de parejas entre famosos/no famosos, los 4 equipos y lo predecible de las pruebas , aunado al escaso carisma de famosos y no famosos, hicieron que este reality no fuera renovado para una temporada más.

El que si la recibió, y por los pelos, fue Desafío 2007, por Caracol, a pesar de ser la temporada más sosa de todas: en ella vimos a Jair Romero como primer eliminado, a los cuchachos a los que él pertenecía haciendo el ridículo, a los catanos dando pena ajena y a los pelados liderando de principio a fin la competencia; ah, y notamos las mismas críticas a las pruebas que hemos hecho desde 2009, en especial porque mas de un participante salía malherido de las pruebas, como pasó con la cuchacha Sandra, que vivió con collarín ortopédico casi media temporada. Y es que la dupla Lina Marulanda-Juan Pablo Llano era tan carismática como un funcionario del Ministerio de Hacienda; y ni hablemos de la mayor descarga de telepornomiseria: Nada más que la verdad; donde a fuerza de polígrafo, Jorge Alfredo Vargas veía cómo sus invitados vendían su dignidad, como el del video que adjunto, con esa frase tan dura pero tan diciente como “100 millones serán su familia de ahora en adelante”.Personalmente amaba este programa, lástima la pacatería de este país, que no lo dejó tener una segunda temporada, sacándole los chiros sucios a más de uno, o viéndolos humillarse para irse con las manos vacías por el más mínimo error; donde la gente caía lo más bajo posible, y eso que no estaba Analía Michelengeli de por medio.

En otros formatos, el 2007 vio el final de Yo, Jose Gabriel en RCN, quien al año siguiente terminaría en las toldas del canal del molusco y también el debut y despedida del enésimo intento de Carlos Calero por figurar: El gran chou -sic-, y es que si de por si Sábados (in)felices estaba en la inmunda ( aun con sus 35 años en ese entonces), tratar de imitarles y encima competirles era rizar el rizo.

Pero bueno, al menos nos queda, como ya es habitual, nuestra Rescatada del año. Y por tercer año consecutivo, esta rescatada viene de RCN: Pura sangre, esa telenovela de villanos muy bien definidos y que duró lo justo, sin alargues, porque sus mismos protagonistas se negaron. Y es por esa actitud que merece estar al lado de ese selecto grupo que, desde La Luciérnaga hasta llegar a Hasta que la plata nos separe, pasando por Cine arte Pecados capitales.

Dios mío, en tus manos colocamos la bazofia que ya pasó, y los bodrios que llegan…

 

Publicación original de lafiscalia.com en Los años tenebrosos de la televisión colombiana: Pura sangre [2007]


Los años tenebrosos de la televisión colombiana: El capo [2009]

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2009 puede definirse como el año de Caracol y bien lo fue, pues fue un año en el que logró liderar, prácticamente, de principio a fin, en contraste con los múltiples fracasos que se vieron en las pantallas de RCN. De hecho, con Doña Bella y Un sueño llamado salsa siguió el efecto Vostok del que hablamos en el post de 2008. La primera se “descongelaría” el año anterior, pero la segunda….

Sin embargo el repertorio de fracasos de RCN comenzaría desde muy temprano con El penúltimo huesbeso, en el cual ni el carisma de Sebastian Martínez hizo que nos tragaramos esa historia absurda de un viaje en el tiempo para salvar a Noelia, personaje interpretado por la amabilísima y primerísima actriz Camila Zárate, cuya salida de CityTV debió lamentar… ella, claro está. Luego, para echarle mas sal a la herida, vendría el batacazo de Las trampas del amor, telenovela que tuvo una de las campañas de promoción mas intensas, inversamente proporcional a la química de Ezequiel Stremiz con Carolina Ramírez, y que hasta se prestó para ciertos rumores de que la verdadera química la tenían detrás de cámaras el mediocre actor argentino con Rafael Novoa, el mal encarado villano de dicha novela. No olvidemos tambien en el cementerio de fracasos de RCN en 2009 a Verano en Venecia, una de las producciones con mejor fotografía, pero pésimos libretos, con las sobreactuaciones de Carla Giraldo, Silvia de Dios, Claudia Moreno (otra Mujer de Lot que, novela en la que sale, novela que fracasa) Tuto Patiño  y Abel Rodriguez.

Y como hacer novelas de hechos coyunturales resulta pésima idea en muchas ocasiones, RCN tambien tuvo lo suyo con Inversiones el ABC, en donde Jimmy Vasquez interpretaba a un remedo de David Murcia Guzman, en aquel infame episodio de las pirámides captadoras de dinero que es preferible no recordar.  Y no podemos olvidarnos de bodrios vespertinos como Amor, mentiras y video o  Cuando salga el sol, que llegaron a tener varias de las cifras mas ridículas de rating del canal de las tres letras, casi como las que padeció la tambien malograda novela El fantasma del gran hotel en el prime time  o ese mal invento llamado Pandillas, Guerra y Paz II.

Y es que ni siquiera la telerrealidad parecía subir las cifras de RCN, vapuleadas por el inexplicable éxito de guisadas como Vecinos y Oye bonita en el canal rival. Lanzaron Factor X 2009, y si bien por fin se vio salir un producto musical de calidad como lo es el grupo Siam, la recepcion del formato, gracias a la predecible presentadora que delira con tener en sus manos el sobre o a los temperamentales tres jurados, cuyas discusiones se veían desgastadas y predecibles, fue menos que tibia, casi como la que tuvo el programa de  entrevistas del polémico peruano Jaime Bayly en RCN, o la que en el 2009 tuvieron otros formatos y productos como Los comediantes de la noche, Regreso a la Guaca, Amor en custodia o Las Detectivas y El Victor.

RCN solo medio pudo salvar el año 2009 con uno de los peores y mas cancerígenos programas: El capo. Era realmente inverosimil esa historia de un capo con mas maquillaje que usuario de la escopeta de Homero Simpson, interpretado por el intolerable Marlon Moreno, sobre todo por esos capitulos iniciales con el bunker subacuático que no detectaban los radares, pero al que si le entraba una señal de celular y demás desaguisados que solo caben en la mente de Gustavo Bolívar. Mejor no hacemos mas sangres de esta bazofia, que lo que falta es aun peor.

Por los lados de La Floresta, al margen del exito de dos telenovelas ampliamente dilatadas en su emisión como las ya citadas Vecinos y Oye Bonita, tambien tuvieron sus fiascos como La pasión segun nuestros días/La decisión de Camilo, novela cuya transmisión fue todo un misterio; tanto como lo fue la segunda temporada de Frente al miedo, que supuestamente iba a tener como participantes a Jerónimo Uribe y a Ana Victoria Beltrán. Misterio tambien fue cómo el escándalo de infidelidad Díaz- Corrales  no afectó el rating de la bazofia de Vecinos, y si le dio pie a la breve carrera musical de ella, que aquí parodio el suscrito y fue objeto de mención en Mujeres W.

No nos olvidemos de otros productos como Todas odian a Bermúdez, una de las telenovelas peor ideadas y mas macheteadas posibles, donde vimos que la pareja entre Victor Hugo Cabrera y Valentina Rendón nunca hizo química, o la bochornosa teleinmundicia de Doña Barbara, todo un insulto a la obra del venezolano Rómulo Gallegos; o las nada agradables Gabriela, giros del destino o La bella Ceci y el imprudente. Y la dosis de traqueto-novelas de Caracol la completó con Las muñecas de la mafia, para nuestra desdicha. Era realmente risible ver a Amparo Grisales vestirse de colegiala haciendole striptease a su marido en la ficción, Fernando Solórzano…de pena ajena.

Párrafos aparte merecen el final de Padres e hijos.  Muchos creíamos que esa criticadísima “serie” plagada de situaciones inverosímiles, de “actores” que dizque hicieron “escuela” en la serie de sobremesa colombiana por excelencia desde 1993 hasta el inolvidable 21 de agosto de 2009, tras 17 temporadas de sufrir las mediocres actuaciones, pésimos libretos, vergonzantes giros argumentales y circos varios. Personalmente no asistí como televidente a la clausura del agujero negro de la TV colombiana, alli donde solo parecía que se entraba para nunca salir de un circulo vicioso de mediocridad y ramplonería. Rumores casi de día de los inocentes han surgido sobre su retorno. Pero X6, la banda, suerte de “serie paralela/continuadora del legado” no sobrevivió. No la dejamos echar raices. Chistes crueles de toda indole surgieron en torno a este programa: el el del femur, el del peaje, Daniela como el helicóptero, el de porqué fracasaba en Somalia… y se hizo parte del imaginario colectivo: era aquello que todos odiamos, la representacion de la estética de la mediocridad.

Y mientras el canal rival no le dio problemas, fue lider imbatible de la “franja maldita”. O al menos, eso nos hacían creer. Demostró que el rating por inercia que generan las salas de espera de hospitales, restaurantes, peluquerias y lugares donde se hace una fila con un televisor de por medio pueden envidiarlo hasta los batacazos televisivos de ambos canales. Pero nos legó una historia que, en lugar de enseñarnos qué hacer, nos demostraba algo a no seguir. No era necesario ver la serie de infinita mediocridad para saber de que iba. Es mas, no era necesario saber de que iba. Era como en el cine porno: No es necesario esforzarse por entender la trama porque NO la hay. O mejor, nunca la hubo. Y para los que no recordaban como terminó esta cloaca putrefacta, aqui les dejo su siniestro final, donde, irónicamente, nunca salió la palabra “Fin”

Tampoco podemos ignorar  el despropósito que fue Desafío 2009 La lucha de las regiones, la revancha…..pero no sabemos de quien, porque todo siguió igual o peor que en la temporada anterior. Por primera vez, LaFiscalia.com cubrió los entonces 85 episodios del infumable formato de telerrealidad, para terminar viendo a un “emigrante” ganarse el premio mayor, a una región costeña que caregó con el lastre de la maldita Mariluz López Mantilla, hasta cuando resultamos exterminados por las malas artes de esa arpía y sus secuaces de turno. Un programa que venció, pero no convenció, marcando el desgaste de la formulita regional, que, empero, seguiría una temporada mas.

Ante tan sombrío panorama a cargo de los canales privados, y para cerrar, como de costumbre, nuestro recorrido, es hora de revelar que la producción rescatada del 2009 se la lleva Señal Colombia -por segunda vez en nuestro recorrido-  con la primera temporada serie  documental Los puros criollos, donde se hace un simpático recorrido por nuestros “símbolos patrios”, con una dosis creativa de investigación, humor e idiosincrasia  respecto de aquellos signos identitarios de la colombianidad no-oficial, magnificamente presentado por Santiago Rivas.

Ya solo nos restan las, tal vez, tres estaciones mas tenebrosas del recorrido. El nivel de las críticas se acrecienta y baja el margen de rescatar producciones. Dios mío, en tus manos colocamos la bazofia que ya pasó, y los bodrios que llegan.

Publicación original de lafiscalia.com en Los años tenebrosos de la televisión colombiana: El capo [2009]

Los años tenebrosos de le televisión colombiana: Noticiero NP& [2010]

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Advertencia: Preparen sus retinas para lidiar con uno de los años más vomitivos y decadentes de la saga de Los Años Tenebrosos, un año plagado de manteca, de novelas asquerosas, realities vergonzantes y sobre todo mucha, pero mucha basura…

Debo confesar que la redacción de esta etapa de nuestra saga me costó mucho trabajo, era casi imposible sacar a relucir tantos y tan siniestros recuerdos de un año donde la tendencia de liderazgo de Caracol se revirtió, siendo RCN el que lideraría durante casi todo el mismo.

Y es que Caracol acabó a principios del año casi todos los escasos programas que mas o menos tenían rating en su prime time: Las muñecas de la mafia, Oye Bonita y hasta la incomprensible Gabriela, giros del destino (si, era incomprensible que esta novela tan mala tuviera rating).

Desde entonces, Caracol parecía irse condenando lentamente al fracaso con novelas  que seguían el maldito efecto espejo como El encantador, donde las dotes salinas de Diego Cadavid salieron a relucir en una telenovela que parece que no tomó como ejemplo el rotundo fracaso de Inversiones el ABC de RCN. Ni hablemos de las intermitentes transmisiones de otras novelas como   La novela basada en Sin tetas no hay paraíso o El Clon, terribles teleinmundicias que fueron y vinieron del prime time, donde sí se afianzó una desabrida Bella calamidades.

Y es que en 2010, prácticamente ninguna novela de Caracol logró posicionarse bien, tal vez porque ese año la gente le cogió afecto a las guisadas emanadas desde Las Américas. Como castillos de naipes cayeron Yo no te pido la luna, telebobela donde no se a quien se le ocurrió que Ricardo Vélez y Anasol hacían buena pareja; o la chabacana Clase Ejecutiva, donde la sobreactuación estaba a la orden del día, haciéndola hundirse en menos de dos meses.

Ni hablemos del despilfarro que fue El cartel 2: la guerra total, pues, al traicionar parte de la historia inicial, y con las mismas emisiones de NaCl del señor Cadavid, esta producción borró con los pies lo que supuestamente había escrito con las manos en 2008. 2010 fue el año en que vimos la miniserie de Operación Jaque, justo cuando el país más aborrecía a Ingrid Betancourt por su demanda “simbólica”.

Irónicamente, Caracol le dio espacio a Valerie Miss Agro Ingreso Seguro Domínguez, transmitiendo en señal abierta Los caballeros las prefieren brutas y dejándole la presentación del ya decadente Festival Internacional del Humor, mientras en RCN, Un sueño llamado salsa seguía ( y continúa) en el congelador.

Daba realmente dolor ver fracasar a Caracol con producciones bien intencionadas, pero mal ejecutadas como Tierra de cantores (donde también emitió su buena dosis de cloruro de sodio nuestra Mujer de Lot por antonomasia, Katherine Porto), o Secretos de familia, que contaba con un gran reparto para las miserias de rating que se llevaba. Pero poco importaba el fracaso de bodrios como La magia de Sofía (monstruosa creación de Malcolm Aponte) o la innecesaria Hilos de amor (donde no sé qué pasaba por la cabeza – cualquiera de ellas- de los directores de casting de Caracol para seguir contratando a otra Mujer de Lot como Carolina Guerra). Lo que nunca podremos explicarnos es cómo una mega bazofia como Mujeres al límite lograba tener un rating  considerable en el prime-time de las cachifas

Caracol también apeló a su ya manido Desafío 2010, El brazalete dorado, donde lo que más llamó la atención fueron los escándalos de las actividades laborales de uno de sus participantes en la industria porno gay, haciéndonos tragar 89 episodios de las mismas pruebas en la playa armando rompecabezas, superando el  cubo de alambre de púas, dándole más exhibición pública al pesado de Silvio Carrasquilla….en fin… Pero fracasó de nuevo al reencauchar un bodriazo como La Granja Tolima, lanzada en la peor época posible, enfrentada a un rival ya consolidado y con unos presentadores y participantes con menos carisma que guardián de patio de La Modelo. Y ya para rellenar espacio, lanzaron Un minuto para ganar, programa desde el cual Silvestre Dangond nos demostró que puede ser el  programa perfecto para embutir en la soporífera televisión de final de año. En ese 2010, Caracol puede darle enormes gracias a la FIFA, porque sus transmisiones de la Copa Mundial de Futbol 2010 de Sudáfrica fueron de los pocos programas que gozaron de buen rating en ese año, básicamente porque la competencia apestaba.

Por los lados del canal de las tres letras, gozaron de las mieles del rating de la mano de los peores esperpentos televisivos como Amor sincero, novela de ciencia ficción sobre la vida de Marbelle, con libretos redactados por cualquier oligofrénico; La Pola, versión corregida y empeorada de la vida de Policarpa Salavarrieta, con evidentes desfases históricos y hasta errores de producción como una persona con audífonos en una escena; o la corroncho-novela Chepe Fortuna, donde Taliana Vargas y Javier Jattin como actorers son excelentes modelos, sin hablar de excelsas actuaciones como las del polifacético Pedro Palacio o la ínclita y glamurosa Omeris Arrieta.

No podemos olvidarnos de la novela de soft-porn criollo A corazón abierto, adaptación chibchombiana de Grey’s Anatomy, con las actuaciones de los primerísimos actores Rafael Novoa y Verónica Orozco, junto a una pléyade de médicos calenturientos y enfermeras casquiflojas. No podemos pasar por alto ese baldado de MANTECA maloliente y nauseabunda de El Man(teco) es Germán, spin off de la siempre asquerosa y repugnante Las Detecgrillas y el Guiso. Tampoco A manteca limpia, versión manteca de seriados escolares ya más que trillados en el canal de las tres letras, y ni qué decir de Rosario Cortauñas, destino final del siempre execrable Luis Eduardo Motoa.

Pero el peor baldado de aguacaca estaba por llegar: RCN reencauchó Protagonistas de Novela, y esta vez lo llamó Protagonistas de Nuestra Tele, donde , de nuevo, 14 prospectos de actores de Uniautónoma TV, hicieron las delicias de grandes y chicos, con la mirada de tres jurados que se notaba a leguas que estaban solo por el dinero. ¿Cómo olvidar el aroma a prepago barata que despedía este programa? ¿Acaso nadie se acuerda de ese manantial de talento que brotaba de personajes como Miss Cocadas, Camandulita, Pretty Grilla/Fuferine, Doña Microondas, Fritangarcela o Sandrita la trepadorcita?. Recordemoslo:

Y claro, como Colombia elige por pura lástima, ni Geraldine Zivic pudo evitar que ganasen, precisamente, los participantes con menos talento (y eso es mucho decir) del programa, de los cuales aún esperamos ver cuando protagonizarán, así sea un comercial de productos para la hemorroides. Y, claro está, LaFiscalia.com también cubrió este reality desbordante de talento y calidad actoral…

Sin pena ni gloria pasaron formatos como Cita a ciegas (de la mano de Carolina “and the music” Cruz) o Manos a la obra, en contraste con el inusitado éxito que tenían bazofias como Los Comediantes de la Noche o Duro contra el muro

En otras noticias, en 2010 regresó a las pantallas decembrinas la Teletón, que no se realizaba desde 1995, básicamente para demostrarnos que Jota Mario es un hipócrita que, junto con su secuaz Laura Acuñá – que por cierto se casó ese año y salió publicada su boda hasta en las revistas de veterinaria-  despotrican del canal del molusco los otros 363 días del año, pero salen muy orondos por dos días de la mano con ellos.  Claro, no contaban con aquel conmovedor aporte de Paisas Club, que nos demuestra que las ilustres y reputadas progenitoras de los personajes en comento también son solidarias:

2010 fue también el año en que nuestra intelectual Natalia Peralta abandonó Sweet, por lo que ese año se convirtió en la mejor pasarela de reemplazos temporales de la misma, destacándose Kimberly Reyes entre ellas.

Pero no todo es asqueroso en el 2010. Destaquemos positivamente el comienzo de la Zona Retro en Señal Colombia, con aquellas comedias que nos hicieron reír entre los ochentas y noventas, y, siguiendo con la línea del humor, de ahí viene nuestro rescatado del 2010, Noticiero NP& con los reencauchados, que, si bien comenzó a emitirse en las postrimerías del 2009, fue su acertado humor político lo que nos ayudó a sobrellevar el pulso de un turbulento año electoral que marcó el esperado fin de los malditos Consejos Comunitarios tras la caída del referendo de la Reelección, los paquidérmicos Debates de los candidatos presidenciales, el ascenso y desplome de la Ola Verde y la llegada de Juan Manuel Santos al poder. Incluso, puede decirse que fue un programa que logró enmendar su propio camino, tras el fugaz paso de Larry Quin…tero, personaje derivado de El Corresponsal de Davivienda, en la conducción del programa. Es que Severo Copete no hay sino uno…

Y así culmina este recorrido por esta dolorosa etapa de nuestro recorrido. Dios mío, en tus manos colocamos la bazofia que ya pasó, y los bodrios que llegan…

Publicación original de lafiscalia.com en Los años tenebrosos de le televisión colombiana: Noticiero NP& [2010]

Los años tenebrosos de la televisión colombiana: Correo de inocentes [2011]

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Tenebroso2011 inició con la lucha que seguía teniendo Caracol, aun con sus programas de mala calidad del prime time, en lograr recuperar el rating perdido. Los remanentes de programas de baja calidad como La Granja Tolima 2, Un minuto ganar, fueron pronto acompañadas en su desventura por La teacher de inglés, sobreactuada historia “diferente y divertida” protagonizada por Carolina Gómez como una suerte de demoiselle en détresse que llega a cambiarle la vida al papel de Víctor Mallarino haciendo una suerte de Mirando Zapata 10 años después; solo que este no hacía zapatos sino cucos. La teacher contó con las patéticas actuaciones de villanos inverosímiles como El Gato Baptista, Lully Bossa e Isabel Cristina Estrada, mas el debut actoral de mi bienhallada Michelle Rouillard, poco o nada pudieron hacer contra producciones ya consolidadas del canal de las sirvientas como La Pola o Chepe Fortuna, que vieron su final en el año inmediatamente anterior.

Caracol lo siguió intentando con propuestas que tuvieron su análisis en estas líneas como Confidencial (en su primera y segunda temporadas), Amar y temer o Infiltrados, así como tampoco faltó a la cita la octava versión del Desafío, también cubierta por el suscrito, con, tal vez, los 92 episodios más aburridos y soporíferos de la historia del formato, con un equipo sobreviviente que vivió casi anclado en Playa Media, unos retadores que dieron sopa y seco y unos paisas donde sobresalía la insufrible Tatiana y el hoy escritor Daniel Tirado- no tan conocido como su tocayo del año anterior- o la grasienta producción de Tele(in)mundo por ahi (La reina del sur), e igualmente le dio vía libre a formatos como Millones por montones (que marcó el regreso de María José Barraza a nuestras pantallas) o Los caballeros las prefieren brutas 2, pero aún seguía sin conquistar el rating que si se llevaban por los lados de Las Américas, aun con propuestas de nula calidad como la fementida A corazón abierto 2, o la novela de ciencia ficción El Joe “La Leyenda” – mejor denominable como “Jackeline Ramón, la santa paloma”- , en el año de la muerte del artista costeño – que dio lugar a la ya conocida frase “and the music” – o hasta la mas que refrigerada segunda temporada de la versión chibcha de Amas de casa desesperadas y hasta de la bazofia aquella de El man(teco) es Germán.

 

Pero llegó la fecha crucial de Caracol: el 22 de agosto se lanzó la única carta fuerte que pudo conquistar la audiencia y aniquilar a la competencia: Yo me llamo. El concurso de imitadores donde una polémica Amparo Grisales se erizaba, humillaba o morboseaba concursantes y discutía con sus colegas Jairo Martínez y a veces con la misma Luz Amparo Alvarez, conducido por un Ernesto Calzadilla, cuya heterosexualidad pusimos en duda en más de una oportunidad durante el programa. Y es que caló más rápido, gracias al carisma de más de un participante de aquella temporada- o a su nivel de polémica, como ocurría con el de Helenita Vargas-, la competencia de imitadores, aun con alargue incluido, que todos los intentos hechos por RCN para competirle: movieron de horario a Germán, y fracasó su maldita segunda temporada. El Joe raspó algunos puntos de rating, y nada pudo hacer luego. Correo de inocentes, la única producción decente del canal de las tres letras el año pasado, tuvo que resignarse a ser exiliada a lo más profundo del late, pues salieron a la luz Tres cachifas milagros y le dieron una tercera oportunidad al descafeinado Factor Xs, siendo el único reality de este canal.

Gracias al éxito de Yo me llamo, se pudo consolidar una franja prime time con el también lanzamiento de El secretario, una novela en la cual nunca creí, y que, curiosamente, me dio una de mis reseñas a su vez mas referenciadas, y los posteriores de Primera Dama (donde Caracol volvió a olvidar la lección de que las telenovelas chilenas no gustan ni impactan en Colombia, menos con una pareja protagónica con tan escaso carisma y química como Carina Cruz y Christian Meier) o Los Canarios, comedia que se lanzó en las postrimerías del año ahí, como para quemarse cual muñeco de año viejo, y que importó poco. RCN hizo lo propio con la adaptación de la telenovela argentina Malparida, aquí mojigatamente llamada La traicionera, que nos demostró que se puede dar muerte a una serie con solo una pésima elección del elenco principal.

Los canales privados, quienes mantuvieron su férrea oposición a que este año fuera el año del tercer canal (historia que, cada vez, pierde mas fuelle), en materia de presentadores y formatos, en Caracol por fin lanzaron la competencia directa de El lavadero (La red) – alternativa al ya desgastado Sweet- y se fueron del canal del molusco Ines María Zabaraín y Silvia Corzo rumbo al Canal Uno, y ellos dieron entrada a Juan Diego Alvira (proveniente de CityTV) y a Karen Acero. Cambiaron el set de noticias, y Laserna dejó de ser el presidente del canal. Por RCN, destacamos la salida de Claudia Gurisatti por boda y maternidad, los “intercambios” entre Jessica Cediel y Milena López que pasaron de Muy buenos días a Estilo RCN y viceversa, a doña Graciela se le marcha Mabel Cartagena (reemplazada durante su embarazo por Kimberly Reyes). De Cediel, cómo olvidar ese polémico documental sobre los biopolímeros de su cola, que, junto con el de la relación reinas-narcos, fueron lo más destacable del ya amarillento Especiales Pirry.

Y mientras Caracol rescató del baúl de los recuerdos un formato como El precio es correcto, eliminando así buena parte de las toneladas de sal del horario que antes ocupaba Padres e hijos, RCN mandó a la sobremesa la también refrigerada Doña Bella, lanzó casi anónimamente 1 vs. 100 , conducido por el señor de los caldos de costilla, lanzó (como si le faltara más autopromoción) Nuestra semana nuestra tele, transmitió toneladas industriales de manteca con The Suso’s show o el frustrado Humor a la carpa. No podemos olvidarnos del efímero paso de formatos de humor de improvisación como Se le tiene (RCN) o Los impredecibles (Caracol), una muestra más del maldito y repugnante efecto espejo entre los canales.

No podemos dejar de referenciar eventos televisivos como la boda real del príncipe heredero a la corona inglesa, también analizada, el estruendoso fracaso de la Teletón de aquel año o las bochornosas transmisiones de eventos deportivos como la Copa América y el Mundial Sub-20 de Futbol. Y los referencio deliberadamente así, porque, precisamente, la abrupta emisión de eventos deportivos por poco nos priva de disfrutar de mi rescatada del año 2011. Esta vez el honor se lo doy a la maltratada, incomprendida, pero no por ello menos bella adaptación televisiva de La Bruja, protagonizada por Flora Martínez. Una obra de arte que no supo ser valorada ni por el canal, ni por los televidentes, que prefirieron taponar sus arterias con el colesterol del canal de las tres letras antes que darle la oportunidad a la historia escrita por German Castro Caycedo. Es ella la penúltima producción rescatada de esta saga.

En fin, cada uno de los canales tuvo lo suyo: uno logró liderar casi todo el año, el otro logró un triunfo solitario que le levantó la moral. Lástima que ninguno se esforzó por darle verdadera calidad al televidente. Dios mío, en tus manos ponemos la bazofia que ya pasó y los bodrios que llegan.

Publicación original de lafiscalia.com en Los años tenebrosos de la televisión colombiana: Correo de inocentes [2011]

Los años tenebrosos de la televisión colombiana: Fin [2012]

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television2012 pudo no haber sido el fin del mundo que algunos cacareaban, pero si el fin de la buena televisión en Colombia. El fin de las propuestas televisivas con calidad, el fin de las telenovelas como formato que podamos respetar o pretender sacar pecho como productos de “exportación”. Así como con el Mundial de futbol de 1994, 2012 demostró que el espejismo de la calidad del producto televisivo colombiano dista mucho de la realidad.

Y es que el bombardeo de basura arranca desde bien temprano: Por el lado de RCN, el por mucho tiempo formato decadente de Muy buenos días – porquería televisiva que alcanzó 10 malditos años al aire- solo ha figurado por los motivos equivocados: el incidente de Jota Mario con el infame comentario de la “cola de plástico” – en clarísima alusión a Jessica Cediel- y la caida de Milena López con la siniestra Laura Acuña descojonadita de risa ante la escena.  Por los lados del soporífero Dia a día, estos pierden el escaso atractivo que tenían, al dejar ir a Agmeth Escaf, quien posteriormente iría a parar de regreso a las toldas de CityTV y luego promovería una campaña en pro del trabajo digno que desnudaría mucho de lo que aqueja al canal del molusco: las roscas y desigualdades entre los presentadores. En el formato matutino lo intentan suplir con Mauricio Vélez y hasta con Carlos Vargas, pero el formato es para aburrir hasta a las piedras. De otra parte, RCN saca en escena sus habituales dramatizados de tres pesos como Historias clasificadas, que en nada envidia a formatos teleinmundos como Caso cerrado, abominable programa que desde la Floresta dejaban para ambientar la franja matutina preferida por sirvientas, amas de casa menopáusicas, desempleados y gente inmunda

Y si por las mañanas llueve, por las tardes, no escampa: Aunque Estilo RCN parecía muerto y acabado, ahí sigue, agazapado en una franja vespertina bastante plagada de programas mantecos, sirviendo de afterparty de las ya repetitivas noticias de farándula de RCN. En las tardes, Caracol estrenó Do re millones, refrito de Compre la orquesta, para acompañar al ya manteco y monótono El precio es correcto y aun chapalea, pese al cambio de presentador (de Mauricio Vélez a Marcelo Cezán) mientras que La rueda de la fortuna con Gonzalo Vivanco. RCN lo intentó también con Dr. SOS, y el escaso carisma de ambos doctores planteados hizo naufragar el formato. Entonces sacó su arma más guisa posible: Laura….no, no es la señora de Kling, es la Bozzo, la peruana que ha boleteado la televisión latinoamericana por los siglos de los siglos. Y para seguir con la descarga de manteca, relanzó una de las novelas más grasientas que haya parido Televisa: María la del barrio. Se atrevió a sacar del congelador a Infieles anónimos, para fracasar horrendamente -es que esta ya estaba tan vencida, que hasta una de sus actrices fue brutalmente asesinada años atrás- y optó por darle cabida a los bochornosos culebrones coreanos, que compiten con formatos tan vergonzantes como Mujeres Estúpidas al límite, Tu Voz Estereo o repeticiones de bazofias como Vecinos o Nadie es eterno en el mundo.

Por los lados de los noticieros, en Caracol llegó un personaje que ni me mastico y mucho menos me trago: Luis Carlos Vélez. El hijo del impotable Carlos Antonio Vélez llegó a “revolucionar” Noticias Caracol y vaya que lo logró: las hizo más ridículas y hasta un poco mas gays de lo que ya eran. Fue épico verlo en el puerto de Cartagena (en el cacareado día del inicio del TLC con Estados Unidos) a tan pantallero personaje como si fuera comercial de Davivienda el mismo día del atentado a Fernando Londoño. Por el lado de RCN creyeron que cambiando el set de noticias (copiándose de los cambios del canal rival) iba a irse el aroma a manteca barata y rancia de siempre pero no. Al menos pudimos tener el receso por maternidad de la tristemente célebre Vicky Dávila, reemplazada por Eva Rey. Y sigue el efecto espejo con formatos de pseudo opinión originados con base en los noticieros de cada canal como Dos puntos (por Rcn) ó 7/24 (por Caracol).

Y llega el plato fuerte de estas críticas: el prime time. Caracol demostró ser Yomellamodependiente: Tras el final de la primera temporada del concurso de imitadores, Caracol no veía una para sostener un liderato en la franja nocturna: lanzaron El laberinto, segunda parte de La mujer del presidente, y las malas cifras del rating la relegaron primero al horario de media noche y luego a refundirse solo en formato web. Todo un irrespeto a una de las mejores series que tuvieron los años noventas. Ni siquiera la débil resistencia que hacían Los canarios, Primera dama y sobre todo El secretario servía para hacer frente a la tanda mantequera de RCN al mando con Tres milagros, La mariposa ( si OTRA traquetonovela, donde nos demostró RCN que María Adelaida Puerta está más que encasillada en el género, y que se puede tener menos química en escena que la que ella tuvo con Michel Brown), La traicionera o El man es Germán en su presunta “tercera” temporada (concepto que los canales NUNCA han sabido manejar apropiadamente).

RCN quiso subir la apuesta lanzando Colombia tiene talento (contradicciones lógicas y el título de este programa), a cargo de un Santiago Rodríguez con menos carisma que un sepulturero, una Paola Turbay que se notaba a leguas que estaba en el lugar equivocado,  un Manolo Cardona que le decía que si a todo, así le pidieran culo y una infumable Alejandra Azcárate, vestida por la segunda peor enemiga – yo la habría vestido aun peor-. Peor la lentitud y mantequero del formato hizo que, en poco tiempo, en el pulso con Yo me llamo 2, el triunfo finalmente quedara a manos del formato desde La Floresta. Así la mayoría de los participantes de Yo me llamo 2 tuvieran cero carisma o talento o ya los trucos de Calzadilla estuvieran más que gastados, o nos exasperara ver a Linda Palma leyendo trinos o las peleas entre Amparo Grisales y Jairo Martínez estuvieran más que libreteada – si, hasta la del “Loca tu”, aquella donde se puso en tela de juicio la ciudad natal de la diva colombiana-, el liderato del rating pasó el testigo en Caracol con Donde Carajos está Umaña-  insufrible sainete de mal gusto con el cliché del cliché de las novelas ambientadas, supuestamente, en la Costa pero que también filman en Honda-, el ya repetitivo Desafío 2012 – otro que se embarcó en la patraña de “el fin del mundo”, polémicas de trampa y favorecimiento regional aparte-, hasta la sobrevaloradísima Escobar, el patrón del mal.

Aquí si quiero hacer la pausa, pues, debo decir que, aunque en materia estética tengo muchos reparos en vestuario, utilería, rigor histórico y selección de parte del elenco, mi mayor crítica a Escobar, que me impide siquiera considerarlo como candidato a rescatado, al margen de las altas cifras de rating, es lo que intrínsecamente representa como producto: otra apología mas a la figura del narcotraficante como personaje comercialmente redituable, cuyo efecto útil al mediano plazo es promover la recreación , vía telenovela o serie de mas delincuentes de la misma estirpe, tal como ocurre en el caso de El capo 2, producto que lanzó RCN para hacerle tardía competencia.

Retomando de nuevo el hilo argumental, ahora vamos con algunas de las horrendas propuestas del prime time, esta vez por el lado de RCN: la versión grasienta de La quiero a morir se representó en 2012 con Pobres Rico, donde Paola Rey y Juan Pablo Raba tienen menos química como protagónicos de la ya trilladísima historia de ricos dedo parado caídos en desgracia vs. Pobres-pero-honrados-“echa´os pa´lante” que creen que con el amor de familia todo se soluciona. Gracias a esto me atreví a vaticinar que la telenovela había muerto entre nosotros, en una de mis columnas más comentadas. Y los de Las Américas se dispusieron a activar a la joya de su corona: Protagonistas de Nuestra tele: el formato de telerrealidad que al principio marcaba cifras ridículas, subió como espuma a costa de participantes que confesaban haber vendido su virginidad, bulos como que una participante fuera transexual, el estado de embarazo de otra de ellas, reingresos a diestra y siniestra, las peleas, mechoneadas, expulsiones, lágrimas, complots, prepagueo ventiado, prospectos de travesti de pueblo, estúpidas tuertas, gatas malditas, participantes rajados en geografía, presentadoras que deliran teniendo en sus manos el sobre, mujeres que se creían que Colombia las apoyaba y un larguísimo etcétera del que ampliaré en el Top 20 del 2012. Si, Analía Michelengeli, lo lograste, te lucraste bastante explotando este sancocho de telepornomiseria hasta los límites de lo admisible…

Pero existe una regla del karma en la vida y RCN lo supo pagar caro: mientras Caracol lanzaba el edulcorado formato de La Voz Colombia, ese formato donde “nadie” desafinaba, “nadie” peleaba con nadie, donde “no había envidias ni humillaciones” pero sí había una rosca del carajo, RCN vio naufragar su barca con Mundos Opuestos, ese reality, donde anunciamos como primicia que iba a estar Laura Acuña, y en el cual el escaso brillo de los tales “famosos” elegidos (sobre los cuales se especularon listas y listas) y nulo carisma de los no-famosos, mostraría que el prefabricado paquete chileno no funcionaría. Y es largo el rosario de errores de este formato: la poco verosímil convivencia, lo predecible e infantil de las competencias, la pésima elección de presentadores ( si, incluida la desertora Sara Corrales), lo monótona que se volvía la baraja de conflictos, hicieron que pronto RCN empezara a recortarle la emisión y luego trasladarla al late, en competencia con deliciosos formatos que no tenían ni pies ni cabeza en el canal del molusco como Relaciones peligrosas.

Y es que RCN aplicó con sus estrenos (todos ellos ambientados con sus grasientas tarimas Vamos por ti Colombia como estrategia de lanzamiento) la política del conductor de buseta de la Costa: Córranse que atrás hay puerta de salida. Solo a una “brillante” cabeza se le ocurre embutir en 4 horas de emisión 6 programas: En su orden: La segunda “temporada” de A mano limpia, Casa de Reinas ( spin-off de Chepe Fortuna que tenemos la desdicha de ver en nuestras pantallas), El Capo 2, Corazones blindados ( lo que evidencia la pésima – o inexistente- policía de programación de RCN es ver a Oscar Borda en dos programas consecutivos y distintos haciendo casi el mismo papel), Pobres Rico y luego si el malogrado reality de párrafo anterior.

Mientras La traicionera se acabó sin pena ni gloria, en Caracol pasó casi en las mismas la serruchada y descongelada Amor de Carnaval, que fue más llamativa por los conflictos entre dos de sus actrices de reparto que por la historia en sí misma, que fue más que prescindible, tanto como lo es, así el rating diga otra cosa, al enésima bio-corroncho-novela denominada Rafael Orozco, el ídolo, producción que nos demuestra que, según Caracol, el ultimado cantante vallenato debió tener bigotes desde que salió del vientre materno, que ser intensos con la labor de promoción sirve para que alguien se crea la artificial empatía entre una aburridísima Taliana Vargas con el Duro Isaza, digo, Alejandro Palacio. Y como en diciembre la gente consume menos TV, embutámosle, dirán en La Floresta, a la gente programitas que ya ni gracia tienen como el Festival internacional del humor o Un minuto para ganar.

Renglones aparte merece una malograda producción de RCN: Donde está Elisa. Las críticas fueron mixtas respecto a este otro refrito de una producción chilena. Pero su mala suerte estuvo signada desde el comienzo: thriller policíaco necesita ser visto atentamente desde sus comienzo para poderse entender en su dimensión. Caracol supo esto, y la estrategia para acabar con el debut de esta producción: alargar miserablemente Yo me llamo a casi tres horas de duración (casi como un Festival de Eurovisión, pero con votaciones incluidas y menos talento, claro está). Además, otra garrafal falla fue la elección del elenco: personajes como Jorge Enrique Abello ya generan repulsa en cierto sector televidente, y encima, la pésima e inveterada manía de RCN de moverla por todos los horarios posibles, hasta ese abrupto final un domingo, lejos de su habitual emisión. En esta era globalizada, el riesgo de copiarse de formatos exitosos en algunos países es que ya la gente sepa el final del mismo (si, aquí Elisa también murió, pero modificaron la forma de su muerte, haciendo mas insufrible la situación después de su muerte), y más si se tiene en cuenta que hasta Tele(in)mundo ya le sacó versión propia….

En materia de eventos internacionales, destacar el bochornoso cubrimiento de los canales a eventos como la Cumbre de las Américas (donde me daba tanta pena ajena la estupidez de Luis Carlos Vélez queriendo acaparar la pantalla, aun entrevistando a Barack Obama, escándalos del Servicio Secreto con Dania Londoño o la pifiada de Ublime aparte; o las “genialidades” de los locutores deportivos con eventos como los Olímpicos de Londres 2012 -por Caracol, que mandó, sin saberse ni porqué o para qué a Linda Palma- o la Eurocopa (que demostró que en RCN no hay quien pronuncie bien los apellidos de futbolistas distintos a los de la selección española).

En los fines de semana, la pelea se situó entre los ya existentes tres formatos de los programas de chismes: La red ofreció una recompensa por el infame video de Laura Acuña y su presunta “pega” en una reconocida peluquería, y luego Sweet y El Lavadero se transaron a querer desmentir chismes del programa de Jessurum y sus aliados, favores que se siguieron devolviendo constantemente; o los amarillistas reportajes de Especiales Pirry o Séptimo día – ¿o deberé llamarlos “CSI: Caso Colmenares”?-. Y aunque Sábados felices cumplió 40 años al aire, con todo y su humor caducado, poco puede hacer la mal denominada Franja del humor de RCN con programas  de tan malo gusto como The Suso´s show, Fuera de chiste o Los comediantes de la noche.

Y bien, en 2012, así como la ANTV fue el reemplazo de la extinta CNTV, se fueron al refrigerador en pleno efecto Vostok propuestas como La promesa, Reto de mujer, Made in Cartagena o Las santísimas – estos últimos por una desacertada columna de la impertinente señora Azcárate-.

Aquí quiero destacar, como mención especial, la labor hecha por CityTV de querer ser una alternativa -aun bajo la televisión cerrada- y atreverse con un formato como Gran Hermano. Creo que el canal capitalino, más acostumbrado a programas como Naruto, Arriba Bogotá, sus múltiples programas de información o Bravissimo, no alcanzó a imaginarse todo lo que significaba tener en sus filas al papá de los realities. Sin embargo, parece que le faltó más inversión a los de este canal para sacar adelante un formato como este. Se notó, de hecho, hasta algo de juego sucio de la Casa Editorial El Tiempo adelantando resultados y desconfiando, cifras de rating mediante, del formato producido por RTI, que tuvo que remar casi solo con este formato, para darle un final al menos decente. Aunque tuve la oportunidad de estar tanto en la productora como en el canal, creo que el formato que tardó 9 años en volver a nuestras pantallas mereció una mejor suerte. Aquí no hubo ninguno de los trucos de mal gusto de Analía y sus secuaces, pero, bueno, así les lució el pelo…ya profundizaré en el top 20…

Y si, hay que rescatar un formato, y el último cupo de los rescatados se los lleva la segunda temporada de Los puros criollos, nuevamente emitida por Señal Colombia. Un formato que demuestra que la televisión cultural no tiene que ser aburrida, elitista o academicista. Asi las cosas, de esta serie de 21 posts nos quedaron rescatadas este selecto grupo: La luciérnaga (aun siendo un formato radial) por 1992; Señora Isabel por 1993; Brújula Mágica por 1994; Quac, el noticero por 1995, Hombres por 1996; El siguiente programa por 1997, Música Líquida por 1998, Cine arte por 1999, Quien quiere ser millonario por el año 2000, La banda Francotiradores por 2001, Noticias Uno en 2002, Pecados capitales por 2003. Así se vio en televisión por 2004, Juegos prohibidos en 2005, Hasta que la plata nos separe en 2006, Pura Sangre en 2007, El último matrimonio feliz, de 2008; Los puros criollos en 2009 y 2012, NP& por 2010 y La Bruja en 2011. Porque, en medio de los más tenebrosos años, aquellos donde nuestra televisión colombiana perdió el norte, siempre hay una luz al final del túnel, una flor en medio del fango. Pero otra televisión es posible.

Muchas gracias a todos por haberle dado tan calurosa acogida a la totalidad de esta saga de posts. Me sorprendo a mi mismo por haber llegado hasta este punto. Quisiera mirar al futuro con más ilusión por nuestra “caja tonta”, pero, la verdad, no cesa nuestra horrible noche… ah, ¡qué lejanos se ven nuestros años maravillosos!

Publicación original de lafiscalia.com en Los años tenebrosos de la televisión colombiana: Fin [2012]

Así se ve la Tercera temporada de ‘Los Puros criollos’ [video]

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los puros criollosYa tenemos el primer capítulo de la tercera temporada de Los puros criollos, propuesta televisiva de Señal Colombia donde Santiago Rivas nos muestra los símbolos no-oficiales de esa colcha de retazos que compone la colombianidad. Esta vez, inaugura con el tema de los escarabajos del ciclismo, muy ad-hoc, considerando el reciente triunfo de ciclistas como Nairo Quintana y Rigoberto Urán en el Giro de Italia.

Los puros criollos ha sido ampliamente premiada a nivel nacional e internacional –uy, eso sonó muy a lo Jorge Barón- y sus dos primeras temporadas fueron nuestras rescatadas de Los años tenebrosos en 2009 y 2012 ¿Se repetirá la suerte en este 2014, justo el año del sexagésimo aniversario de la llegada de la TV a Colombia?. Todo parece indicar que sí.

Publicación original de lafiscalia.com en Así se ve la Tercera temporada de ‘Los Puros criollos’ [video]

Los años tenebrosos de la televisión colombiana: 2014 [Puros criollos]

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los puros criollosLa vida da tantas vueltas, y heme aquí, frente al computador, redactando la vigesimotercera entrega de esta saga que comenzamos a hacer en 2012, para reflexionar sobre porqué nuestra televisión nacional tiene tan escasa o nula calidad. Sé que pongo verdes a muchas de las producciones aquí referenciadas por diversos motivos, pero, al menos en mi defensa, debo decir que me tomo el trabajo de verlas una a una, previo a criticarlas. Eso es mucho más de lo que un talifan de un canal haría.

2014 comenzó y culminó con el liderato, muchas veces inmerecido, y en otras, sospechoso, del canal Caracol. Eso es indudable, pero bien debo recordarles que rating nunca es sinónimo de calidad, y de ellos bien podrían hablarnos los primeros bodrios que saltaron a nuestras pantallas: El primero de ellos fue la segunda temporada de Colombia’s Next Top Model, con Carolina Cruz en el rol de presentadora, y el relevo de Raúl Higuera por Mauricio Vélez en el pool de jurados. La verdad, ninguno de ellos fue un valor agregado al concurso cuya única función es mostrar la criollización de las mismas pruebas que hacen en la franquicia tanto en EE.UU., Brasil, México, etc. O sea, casi que cumplir un libreto frío y vacío, cuya única diferencia, y esto lo dije desde el año pasado, es que el glamuroso premio principal es ser Chica Águila. Muy aspiracional la cosa…

Inmediatamente después, Caracol lanzó Bazurto, bailando con el enemigo, programa que, bien sea llamado El Golpe o Made in Cartagena, poco más que FRACASÓ, así, en mayúsculas, internacionalmente. Era tan forzada la historia del “Mundial de la champeta”, tan de cajón el romance entre sus aburridos protagonistas y tan vista ya internacionalmente, que bien pueden darle agradecimientos los de La Floresta a las erráticas políticas de programación de sus rivales de patio en ese horario.

Esas erráticas políticas a las que hacemos mención en las huestes de RCN, son las mismas que tuvieron este año la gallina de los huevos de oro y la mataron miserablemente: Compraron Avenida Brasil, que venía de liderar prácticamente en toda Latinoamérica y la programaron, casi sin avisar, como reemplazo de una Mamá también que hizo aguas y terminó relegada en la franja vespertina. El problema del “fenómeno mundial” de Rede Globo es que hacía muchos años, nuestra chauvinista televisión colombiana no pasaba una telenovela extranjera en pleno prime time, y las críticas vinieron, principalmente, de esos que perpetúan el statu quo de producciones nacionales ramplonas.

Y si, el culebrón brasilero hizo lo que mejor pudo ante la funesta administración de la parrilla de programación del canal de las tres letras, que corría de horarios la historia de venganza de Rita/Nina justo cuando mejor lograba rendir, hasta masacrarla con esa edición a los machetazos del final. Muy a pesar de la calidad del producto del vecino país, es intrínsecamente imposible rescatarlo en este post porque a) No es un producto nacional, como sí sucede con los 22 programas honrados con ese título en entregas anteriores, y b) Tampoco es un producto nuevo, es un programa del año 2012 que llegó ya bastante trasnochado a nuestras pantallas. Claro, Caracol también hacía subrepticiamente la tarea (con unos cuantos esbirros en redes sociales) de despotricar de la novela brasilera, pero muy calladita transmitió la teleinmundicia de La patrona y ni quien diga nada.

Siguiendo con los estrenos de la TV privada nacional, volvemos a Caracol con la sobrevalorada bionovela La Ronca de Oro. Y digo bien lo de sobrevalorada, porque, muy al margen de su cuidada estética y alguna que otra actuación destacada, la historia era más de lo mismo de todas las bionovelas de cantantes: Los pintan desde niños con su sueños de cantar, cantan porque sí y porque no en cada capítulo, cual malditas rockolas, muestran todos los obstáculos que se interpusieron en su camino, y luego, la consagración de los mismos, y una que otra vez, sus muertes. Reflexionen si ese mismo patrón de conducta no lo hemos visto antes en otras bionovelas como El Joe, la leyenda, Rafael Orozco, el ídolo; y se darán cuenta que, muy probablemente, este se repetirá en otras que ya se anuncian para el venidero 2015. Es esa aburrida y predecible zona de confort de los libretistas nacionales la que impide que, a pesar de las “altas” cifras de rating, este producto opte siquiera por el rescate.

Llegó, por los lados de RCN, la diezmillonésima corronchonovela donde los personajes no hablan, vociferan: La playita. La patética producción donde Carlos “Piti” Camacho deshizo con los pies lo que había logrado hacer con el papel de Guido en Allá te espero: Volverse casi un “Don Armando/Ingeniero Andrade” en un centro comercial capitalino invadido de costeños clichés y sobreactuados. Aunque los creadores de esta “ideota” tuvieron en mente hasta una “segunda temporada”, vuelve y juega, la errática programación de RCN, gracias a Dios, nos libró de tanta manteca. A veces, hasta equivocándose, se logra algo bueno.

De la que no nos libramos fue de ese esperpento televisivo que era La Suegra, otra telenovela de oficina de Caracol hecha a los alaridos (como si ya no hubiésemos tenido suficiente con La teacher de Inglés, Nuevo Rico, Nuevo pobre, El Secretario y otras de cuyo nombre no queremos acordarnos), que partía de la premisa de una madre absorbente, que tras enfrentar un conflicto laboral, regresa a casa para seguir manipulando la vida de sus hijos, chocando con sus respectivas parejas y donde, como no, estaban en el elenco Christian Tappan (¿este tipo tiene acciones en Caracol, cierto?), Isabel Cristina Estrada haciendo de, sí señores, antagonista cantaletosa y donde, tras ver a Jacqueline Arenal hacer tan deplorable papel, me daban ganas de mandarla a la cárcel de Guantánamo en su natal Cuba.

Y es que cuando tu rival se equivoca una y otra vez, correlativamente, la competencia por el rating se vuelve anodina y gris, tanto como lo fue la tercera temporada de Yo me llamo. Y es que ya todo estaba más que visto en el formato de imitación: los agarrones del jurado, las “salidas en falso” de Calzadilla pasado de revoluciones y escarcha, y unos imitadores que, realmente, producían bostezos. Tan regular tres cuartos fue esta temporada, que tuvieron que reconocer que, por un error en el sistema de votación, el imitador de Sandro, quien aparentemente “ganó” la temporada, en realidad no ganó, y otro cheque igual tuvo que salir para el enésimo imitador de Vicente Fernández que pasa por este formato.

Y frente a Yo me llamo T3, flaco favor hizo la entrada abrupta de Dr. Mata moviendo por vez primera de horario a Avenida Brasil: Su perenne bajo rating, pese a la calidad de la fotografía, reflejaba muy bien lo que producía la soporífera historia de una pretenciosa cachifa devenida en detective, personificada por Yuri Vargas (risas), enfrentada a un Nepomuceno Matallana, personificado por un Enrique Carriazo, que más bien parecía Beto Reyes en la Bogotá de comienzos del siglo XX. El resultado de este menjurje fue tal que hasta Sergio Cabrera, director de la telenovela, se lamentaba tan mal avenido horario que en suerte le correspondió. Hay quienes buscan el muerto río arriba.

Y siguieron los fracasos para los de Las Américas, esta vez de la mano de la Locademia de Guerrilleros, digo, El estilista (que no, que no es la bionovela de Norberto). Y es que esta historia, que parecía un descarte de Comando Élite, nunca caló en un público que no se convenció de las actuaciones de un secuestrado con una barba horrorosamente postiza, con otra fracasada aparición de Yuri Vargas en pantalla, en medio de ese campamento de guerrilleros y secuestrados tan artificial como las tetas de Laura Acuña.

RCN exploró más bien poco la telerrealidad en 2014, y lo que hizo, fue un desastre: Idol Colombia le quitó el dudoso honor que ya tenía Mundos Opuestos de ser el concurso o reality más fracasado de nuestro país. Y como no serlo, si lo lanzaron con un inusual concierto dominical de tres de sus ¿cuatro jurados? ¿Para qué tanta gente dando cháchara? Para más INRI, Juan Pablo Espinosa bien puede decir que como conductor es muy buen actor y del mismo modo en el sentido contrario (nota para dummies: NO ES UN HALAGO). Y es que lo que mal comienza, mal acaba: esa nada transparente salida de Alejandro Marín “cajoneado” por su tocayo Alejandro “El rey de la payola radial” Villalobos sentó muy mal, y en la práctica, ese rol del jurado mala leche que quiso ejercer Villalobos ya estaba muy trillado. Ya suficiente tenemos con Amparito, la Azcárate, José Gaviria… Y no olvidemos ese “prometedor” horario que le fue asignado: Primero las 10 pm, luego las 10:45… así no se puede.

 

Poco a poco el país se preparaba para sus elecciones presidenciales, y los dos canales privados se esforzaron por sacar sus mejores galas para recibir a los candidatos en contienda. RCN hizo el suyo primero, en un set tan lúgubre, que ahí se podía organizar un sepelio perfectamente, con temas manejados muy comme ci, comme ça, pero el afán de protagonismo que tuvo el ególatra Luis Carlos Vélez y sus infinitas réplicas en Caracol, exasperaron al respetable y a los mismos candidatos. Paralelamente, vendría el cubrimiento del Mundial de Futbol, donde nuestros canales nacionales mostraron su lado más verbenero, demostrando porqué teníamos 16 años de no clasificar.

De poco valieron las expediciones, hashtags y contrataciones onerosísimas como las de Valdano o Chilavert, por lo único que destacó RCN en sus transmisiones en Brasil fue porque le robaron el Iphone a Cristina Hurtado (si, como lo leen, a ella la enviaron de corresponsal allá) o pensar si Andrea Guerrero estaba o no borracha o eran “síntomas del embarazo”. Sí, admítanlo, colombian@s, sois masoquistas, criticáis la ramplonería de Hernández Bonnet y Javier Fernández narrando partidos, pero los veis a ellos, porque ya no toleráis a Viñazco y Pérez. Y menos toleraron a Descaradas Mundial, el experimento donde Miss Analía, Sara Uribe, Mabel Cartagena y una presentadora rumana (ya ni me acuerdo el nombre) hablaban de futbol. Esta si se las dejo a ustedes, lectores.

Al otro lado del espectro, lanzaron La Selecc10n 2, que vino a demostrar que el rayo no cae dos veces en el mismo sitio. La segunda “temporada” del sainete de las pelucas pasó por el prime time con más pena que gloria ( y es que no era para más, si era ver las mismas ridiculeces de la primera parte, solo que esta vez, a la fórmula se incorporaba el manteco personaje de Iván René Valenciano, que solo comía y comía) y su reemplazo, Fugitivos, a pesar de tener una pareja protagónica sobre el papel atractiva, no logró cautivar, y así, la franja de las 9 pm vivió del físico arrastre que le brindaron tanto Yo me llamo T3 y luego Desafío Marruecos. La undécima iteración del formato de supervivencia pasó a tener en esta entrega unas celebridades ni fu ni fa, unos sobrevivientes que prometieron mucho y cumplieron poco y unos retadores tan melodramáticos como hipócritas, siendo, sin embargo, la receta por la que Sampedro y los suyos duermen tranquilos. Tampoco es un halago.

Solo vino a escampar brevemente para RCN con El Capo 3, que comenzó con un inmerecido buen rating, ya que era seguir alargando al infinito una historia que ya no daba más de sí. En medio de las dosis industriales de rimmel y frases casi sacadas de Ricardo Arjona o Pablo Coelho del personaje de Marlon Moreno, la historia sucumbiría por la misma “mano invisible” que en RCN mueve horarios sin son ni ton (¿será por “mermeladas” provenientes de Caracol?)

Y es que el espinoso tema de la fidelidad de horarios ha hecho que, mientras RCN agoniza por irrespetar a sus televidentes con horarios imposibles; hasta productos de tan baja factura e inmamable propuesta como la traquetonovela La viuda negra (donde una actriz mexicana trata de imitar un acento paisa y parece más bien cubana) prosperan en un canal Caracol que, casi echado a la petaca, lidera la franja.

El único “gran éxito” televisivo de la TV privada este año vino de la mano de La Voz Kids, modificación del formato senior que pasó de cuatro a tres coaches, mandando a uso de buen retiro a Gilberto Santa Rosa y a Ricardo Arjona y en su lugar, para que las jovencitas (y no tan jovencitas) mojaran bragas, poner a Maluma. Pero el formato fue más de lo mismo: Un festival de lisonjas por todas partes, promesas de una carrera musical, esta vez a niños, niñas y adolescentes, cuando ni las de sus ganadores de la versión adultos terminan de despegar. Se hizo muy famoso por el polémico paso de Gerónimo Ángel y el matoneo twittero de Mónica Rodríguez contra quienes criticaban o se burlaban del programa, y porque críticos de la talla de Florence Thomas y el suscrito aborrecimos el carrusel de miel y teleexplotación infantil que traía consigo. Pudo vencer, pero no logró convencer. Lo mismo podemos decir de Niche, la musiconovela wannabe, que primero vivió del arrastre y ahora “lidera” con cifras penosas

Quienes ni vencieron ni convencieron fueron, en el canal de las tres letras, Rastros de mentiras, la novela brasilera que Rede Globo vendió en pack con Avenida Brasil, cuyos fugaces buenos primeros días engañaron tanto como la publicidad que la vendía como todo un éxito en Mozambique. Tampoco el descongelamiento de Un sueño llamado salsa (de cuyo final hicimos spoiler en su respectivo BMFT) y los remakes criollos El Laberinto de Alicia y Secretos del paraíso. Del paso por las pantallas de Caracol de programas como Locos x la Tele o La Prueba, creo que ellos preferirían correr tupido velo, pues no se destacaron precisamente por la acogida ni del público ni de la crítica.

En otras franjas televisivas, RCN lanzó Profesión Hogar, que nos hizo pensar que el fin del insoportable programa de Jota Mario y sus secuaces estaba cerca, aunque la perspectiva de soportar en su reemplazo los alaridos de Yaneth Waldman y la mediocridad de Carlos Calero no era nada halagadora. Sin embargo, poco han logrado unos y otros. Casi lo mismo podemos decir del cambio de su set de noticias. Muchas inversiones en slogans, jingles, contratación de presentadores y diseño gráfico, y de rating, y sobre todo, calidad, nada.

De otra parte, el gran flop de los de La Floresta provino de su decisión de reemplazar las otrora “Tardes ganadoras”, que incluían a El precio es correcto y Do re millones, por ese aborto televisivo que fuera Divino Niño. Programar dos horas de esa tortura televisiva, y luego rematarla con las sobreactuadas chocoaventuras de Mujeres al límite y Tu Voz Estéreo eran todo un atentado coronario. Rápidamente, la serie turca embutida a los empellones en horario de telenovela latina Las mil y una noches ocuparía el lugar, para delicia del colectivo de cachifas, desempleados y gente inmunda que tienen que elegir entre ver esta basura o las novelitas pecuecas de Televisa que transmite RCN como La gata, Muchacha italiana viene a casarse o La Rosa de Guadalupe. Ah, porque en la tarde, las producciones nacionales en RCN probaron ser todo un fiasco, o si no, que lo digan los de Contra las Cuerdas o Contra el destino o como quieran llamar a esa vaina que nadie sabe a dónde fue a parar.

En los fines de semana, terminaron cancelando ese cadáver insepulto que ya era También caerás, pese al trasteo de horario que sufrió, y se llevó de paso el debut y despedida con más pena que gloria del innecesario refrito de Los años maravillosos. Pero la cura fue peor que la enfermedad: Ahora soportamos horas y horas de Mary Mendez´s Drag Race La red y La Fila, que es casi la misma basura que También Caerás, pero con la insufrible Linda Palma. Y también, El lavadero tocó a su fin, despidiéndose de Rodrigo Castro y de Iván “No me quito estas camisas de flores ni para cag…” Charria y cambia de nombre para ser En exclusiva…o sea, la copia fusilada de TMZ pero con los mismos chismes flojos de NeGrasienta.

También vimos pasar sin pena ni gloria el ladrilludo biodocumental de Falcao, a una Mision Impacto, tan impoluta como aburrida, y a las transmisiones de un Concurso nacional de Belleza que, ausencia por embarazo de Andrea Serna aparte, no sonó ni tronó, salvo por las declaraciones de la Señorita Huila sobre quien era Nelson Mandela y por ese desfile en traje de baño a puerta cerrada y en estudio, que a su vez era una mala copia de los de Victoria’s Secret, porque Especiales Pirry y Crónicas RCN siguen sin hacerle ni cosquillas a Los Informantes y Séptimo Día.

Pasando a la TV pública, mientras el Canal Uno sucumbe en la guerra por emular a sus rivales privados con presupuestos de tres centavos y aun peor creatividad y un cada vez mas marcado gobiernismo noticioso, es justo y necesario decir que Señal Colombia se lleva las palmas por ofrecer contenidos de calidad, con variadas propuestas como los ciclos de En Cine nos vemos, con lo más granado del cine francés de la Nouvelle Vague o el neorrealismo italiano; sin desdeñar de las cintas del cine colombiano o de Cantinflas; las más diversas manifestaciones culturales con el formato multimedia En órbita, documentales de propia cosecha como Hijos de las Estrellas, Leandro, el último juglar o Invisibles, sobre las comunidades afrocolombianas en nuestra historia; DocTV Latinoamérica, con lo mejor de las producciones documentales latinoamericanas; las retransmisiones de clásicos televisivos como Dejémonos de vainas, San Tropel, Revivamos nuestra historia, Caballo Viejo y Los pecados de Inés de Hinojosa, un grato especial sobre Jaime Garzón que ha gozado de gran aceptación, y desde ya se negocia la transmisión de más eventos deportivos como la Vuelta a España, el Giro de Italia y el Tour de Francia del 2015 y los Olímpicos de Rio de Janeiro 2016.

 

Por cuarta vez, Señal Colombia se alza con el honor de tener en sus huestes al rescatado, esta vez en 2014, y lo hace con su producto más aclamado: la tercera temporada de Los Puros Criollos logra revalidar la distinción alcanzada por sus temporadas 1 y 2 en nuestros posts de los años 2009 y 2012, respectivamente. Se une por derecho propio a ese selecto grupo conformado por ellos mismos, al igual que La luciérnaga (1992), Señora Isabel (1993), Brújula Mágica (1994), Quac (1995), Hombres (1996), El Siguiente programa (1997), Música Líquida (1998), Cine arte (1999), Quien quiere ser millonario (2000), La banda Francotiradores (2001), Noticias Uno (2002), Pecados capitales (2003), Así se vio en televisión (2004), Juegos prohibidos (2005), Hasta que la plata nos separe (2006), Pura Sangre (2007), El último matrimonio feliz (2008), NP& (2010), La Bruja (2011) y Allá te espero (2013).

Los puros criollos nos demuestra cómo, superándose a sí mismos temporada tras temporada, se puede hacer Televisión cultural sin grandes campañas publicitarias, ostentosos presupuestos, ni presentadores sacados de los cánones de un reinado de belleza o reality show, y sin caer en el academicismo aburridor; sin más pretensiones que ayudarnos a entender mejor el cómo, de donde y porqué de las claves de ese entramado que llamamos colombianidad.

En 2013 pensaba no estar aquí redactando este memorial de agravios anual de todo lo que nuestras retinas, tímpanos y memoria sufrieron por culpa de la “caja tonta”. Ahora creo que es mejor no decir “de esta agua no beberé”. Como decíamos en algunos posts anteriores, Dios mío, en tus manos ponemos esta bazofia que ya pasó, y los bodrios que llegan.

Publicación original de lafiscalia.com en Los años tenebrosos de la televisión colombiana: 2014 [Puros criollos]

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